Se ha convertido en el primer presidente de la posguerra en Alemania en sentarse en el banquillo

¿Es una farsa juzgar al expresidente Wulff por corrupto tras gastarse 700 € en comidas?

Se dejó el dinero también por una estancia de hotel durante la fiesta del 'Oktoberfest' cuando era ministro de uno de los estados

El antiguo aliado de la canciller Angela Merkel ha negado las acusaciones

Christian Wulff se ha convertido este jueves 14 de noviembre en el primer presidente de la posguerra en Alemania en ser juzgado, acusado de corrupción por aceptar uno 700 euros por una estancia de hotel y comidas durante la fiesta del ‘Oktoberfest’ cuando era ministro principal de uno de los estados.

En tiempos considerado como uno de los talentos políticos más brillantes del país, Wulff solo estuvo 20 meses como presidente antes de dimitir el año pasado por acusaciones de que aceptó favores antes de ser elegido presidente en 2010.

LO NIEGA TODO

Wulff, de 54 años, antiguo aliado de la canciller Angela Merkel, ha negado las acusaciones, asegurando que espera limpiar su nombre con una victoria en los tribunales tras rechazar una oferta de los fiscales estatales para resolver el caso con un acuerdo.

En el tribunal, Wulff ha hecho una declaración de 50 minutos en la que ha criticado a los fiscales por un caso que ha calificado de «farsa». «El daño personal a mí y a mi familia durará, probablemente durante el resto de mi vida», ha afirmado. «Yo nunca acepté ningún acuerdo. Estoy aquí porque quiero que se haga justicia», ha añadido.

La caída de Wulff desde la cima de la política alemana hasta el tribunal de Hanover ha fascinado a los alemanes, convirtiéndose en tema de discusión en numerosos debates y programas.

Asimismo, también ha puesto en una situación incómoda a Merkel, quien escogió a Wulff como su candidato para presidente en 2010 y se enfrentó a su socio de coalición a medida que la controversia en su contra iba en aumento.

El escándalo también perjudicó a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel y contribuyó a la derrota del partido en las elecciones regionales de Baja Sajonia en enero.

«NO ES UN DÍA FÁCIL PARA MÍ»

«Este no es ciertamente un día fácil para mí», ha declarado Wulff a la prensa de camino al tribunal en Hanover, capital de Baja Sajonia y donde fue ministro principal entre 2003 y 2010. «Tengo bastante confianza en que conseguiré acabar con los últimos cargos que pesan contra mí», ha añadido.

Wulff dimitió el 17 de febrero de 2012 después de que los fiscales pidieran al Parlamento que le retirara su inmunidad bajo la sospecha de que aceptó privilegios. Los cargos se remontan a su visita en 2008 a la ‘Oktoberfest’ de Munich, cuyos gastos de hotel y comidas, por 719 euros, pagó el productor cinematográfico David Groenewold.

Los fiscales del estado argumentaron que a cambio Wulff escribió una carta al presidente de Siemens, en nombre de Groenewold, pidiendo apoyo financiero para uno de sus proyectos, ‘John Rabe’, sobre un gerente de Siemens en tiempos de la guerra en China.

«Hay suficientes sospechas» de corrupción contra Wulff y Groenewold, ha declarado el fiscal del caso, Clemens Eimterbaeumer, ante el tribunal. «Wulff era consciente de que Groenewold esperaba que él interviniera en su nombre ante Siemens», ha añadido.

De ser condenado de los cargos que se le imputan, Wulff podría enfrentarse a hasta tres años de cárcel. El juicio, que presiden tres magistrados, se prevé que dure hasta abril, con unas 22 vistas.

La reputación de Wulff ya se había visto afectada después de que el diario ‘Bild’ le acusara en 2011 de engañar al Parlamento de Baja Sajonia por un préstamo hipotecario más barato que le consiguió un amigo empresario. Posteriormente Wulff expresó su pesar por el asunto y pidió disculpas por amenazar al editor del ‘Bild’ con la «guerra» si publicaba la historia.

 

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