Las 11 reglas de oro para mantener feliz al marido que antaño hicieron furor

¿Alguien echa de menos a la ‘españolísima’ y despiadada guía de la buena esposa?

En Internet se afirma que llegó de la mano de Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, y no tiene desperdicio

Son 11 reglas de oro que hicieron furor allá por 1953, de lectura obligada por cualquier fémina que se preciara, y que llegaban por entonces de la mano de Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, hermana de José Antonio, el fundador de Falange.

Circula por Internet con esta ‘indicación’, aunque hay quien achaca sin embargo su autoría  a «Housekeeping Monthly«, en 1954, para entender el modo de vida de la época allende fronteras, quizás en Nueva York….quién sabe en realidad…ya que aparecieron también en la serie de televisión «Las Aparicio», en México.

Lo que está claro, sea como fuere, es el marcado tinte ‘españolista’ de la época.

Y es que si fuera la autora Pilar Primo de Rivera sería entendible, toda vez que en Sección Femenina bajo su batuta se inbuida sin complejos de las figuras de Isabel la Católica y Santa Teresa de Jesús, haciendo de sus modelos de conducta y símbolos de su acción pilar y sustento de las ideas de la nueva España.

ADOCTRINAR A LA MUJER

El carácter dócil y beato de ‘El Ausente’, le abrió las puertas del régimen franquista, que vio en ella la persona idónea para adoctrinar a la mujer en su papel secundario que el Nuevo Estado.

No está de más recordar así las 11 reglas de oro para la buena esposa, -que se entregaban a aquellas que hacían el servicio social de ser de peso la primera versión- con algunas de las cuales (o con todas) estará algún otro más que de acuerdo, aunque no se atreva a decirlo por si le llueve algo más que un zapato a la cabeza:

1.- Ten lista la cena. 

Planea con tiempo una deliciosa cena para su llegada.
Esta es una forma de dejarle saber que has estado pensando en él y que te preocupan sus necesidades. La mayoría de los hombres están hambrientos cuando llegan a casa.

2.- Luce hermosa! 

Descansa 5 minutos antes de su llegada para que te encuentre fresca y reluciente.
Retoca tu maquillaje, ponte un listón e el cabello y luce lo mejor posible para él. Recuerda que ha tenido un día duro y sólo ha tratado con compañeros de trabajo.

3.- Se dulce e interesante. 

Su aburrido día de trabajo quizá necesite mejorar. Tú debes hacer todo lo posible por hacerlo. Una de tus obligaciones es distraerlo.

4.- Arregla tu casa. 

Debe lucir impecable. Haz una ronda por las principales áreas de la casa, justo antes de que tu marido llegue. Levanta libros de escuela, juguetes, etc. y limpia con un plumero las mesas.

5.- Hazlo sentir en el paraíso. 

Durante los meses más fríos del año debes preparar la chimenea antes de su llegada. Tu marido sentirá que ha llegado a un paraíso de descanso y orden, esto te levantará el ánimo a ti también.

Después de todo, cuidar de su comodidad te brindará una enorme satisfacción personal.

6.- Prepara a los niños. 

Cepillales el cabello, lava sus manos y cámbiales la ropa en caso de ser necesario. Son sus pequeños tesoros y él los querrá ver relucientes.

7.- Minimiza el ruido. 

A la hora de su llegada apaga la lavadora, secadora y aspiradora e intenta que los niños estén callados. Piensa en todo el ruido que él ha tenido que soportar durante su pesado día de oficina.

8.- Procura verte felíz. 

Regálale una gran sonrisa y muestra sinceridad en tu deseo de complacerlo. Tu felicidad es la recompensa por su esfuerzo diario.

9.- Escúchalo. 

Puede que tengas una docena de cosas importantes que decirle, pero a su llegada no es el mejor momento para hablarlas. Déjalo hablar antes, recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos.

10.- Ponte en sus zapatos. 

No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin ti o si no llega en toda la noche. Trata de entender su mundo de compromisos.

Trata de entender su mundo de presión y compromisos y su verdadera necesidad de estar relajado en casa.

11.- No te quejes. 

No lo satures con problemas insignificantes. Cualquier problema tuyo, es un pequeño detalle comparado con lo que él tuvo que pasar.

Consejo extra!!! Hazlo sentir a sus anchas. 

Deja que se acomode en un sillón o se recueste en la habitación. Ten una bebida caliente lista para él. Arregla su almohada y ofrece quitarle sus zapatos. Habla con voz suave y placentera. 

 

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