La coronación de Felipe VI este jueves 19 de junio de 2014 tuvo un protagonista poco esperado: el Rolls-Royce en el que los nuevos reyes fueron llevados desde La Zarzuela al Congreso de los Diputados y de aquí hasta el Palacio Real.
Miles de tuits reflejaban el interés de los internautas por este ultralujoso vehículo, sobre el cual se mezclaban datos reales con otros falsos que adornaban la historia: el Rolls-Royce Phantom IV de color negro no fue, como algunos sugirieron, un regalo del dictador nazi Adolf Hitler a su homólogo español Francisco Franco, sino que éste formó parte de un encargo de este último, que le compró tres unidades iguales al fabricante británico en 1952.
Hoy, estos coches pertenecen a Patrimonio Nacional.
MODELO EXCLUSIVO
Se trata de un modelo que fue diseñado exclusivamente para miembros de la realeza y jefes de Estado y del que únicamente se fabricaron, a mano, 18 ejemplares, el primero de los cuales fue entregado por Rolls-Royce en 1950 a la entonces princesa Isabel de Inglaterra y al duque de Edimburgo.
En honor a tan célebres pasajeros, la estatuilla del radiador propia de la marca se encuentra inclinada de rodillas en todas las unidades del Phantom IV y no de pie como en el resto de modelos.
El coche blindado elegido para que los Reyes don Felipe y doña Letizia recorrieran las calles de Madrid en el día de la proclamación es el mismo que utilizaron el día de su boda, en 2004, para desplazarse desde La Almudena hasta la Basílica de Nuestra Señora de Atocha.
Una diferencia notable es que en 2004 el fondo de la matrícula era azul, relacionado con la bandera de Asturias, y hoy es rojo carmesí, el color tradicional de la monarquía española.
