Por si faltara algún personaje al sainete que tiene encandilado al más pintado, con tintes de vodevil al más viejo estilo, salta ahora a la palestra José María Aznar. Y es que el affaire del Rey emérito con Bárbara Rey, da para mucho y más. (La humillada Reina Sofía planea ‘escaparse’ de España harta de los morbos del Rey emérito).
La jugosa exclusiva viene de la mano de Ana Isabel Martín, en ‘ESdiario’, quien apunta a que ha sido público y notorio que el monarca y el expresidente del Gobierno no se llevaban bien. Lo que pocos, muy pocos saben es el origen de aquella enemistad de la que tanto se ha dicho y escrito y que incomodaba profundamente a los populares -al tratarse el PP de un partido monárquico convencido-.
Según ha sabido ESdiario de fuentes cercanas a él, fue Aznar quien ordenó al CESID (hoy el CNI) cerrar el grifo a la vedette al poco de llegar a La Moncloa; y lo hizo escandalizado tras conocer cómo los fondos reservados del Estado estaban sirviendo para comprar el silencio de quien había sido amante del Rey hasta 1994.
Según ha publicado OKdiario estos días, la artista recibía el dinero a través de un banco en Luxemburgo, el Kredietbank. Sólo el primer pago, en 1996, fue de 26,3 millones de pesetas.
Aquella orden de Aznar enfureció a Don Juan Carlos, que temió que Bárbara Rey se vengara sacando a la luz las grabaciones de sus encuentros amorosos en un chalé de Aravaca. Corría la primera legislatura de Aznar y eso habría supuesto un escándalo sin precedentes que habría dinamitado la imagen de la Corona.