La historia, datada en Culledero (La Coruña), es de lo más surrealista y tenebrosa. Una mujer que llevaba muerta desde 2010 había estado pagando religiosamente el alquiler del piso en el que habitaba.
Siete años sin que la inmobiliaria tuviera la más mínima preocupación por su inquilina, María del Rosario, hasta que, por supuesto, dejó de pagar un mes y entonces fue cuando mostraron preocupación… pero por echarla del piso.
Claro, mientras había parné en la cuenta corriente, al tener todos los recibos domiciliados, y la inmobiliaria recibir puntualmente el ingreso mensual, nadie tuvo el menor interés en contactar con la mujer. La empresa cobraba y la arrendataria descansaba…y nunca mejor dicho.
Lo que no se imaginaban los dueños de la inmobiliaria era la sorpresa con la que iban a toparse el 3 de julio de 2017 cuando acudieron hasta el domicilio sito en la calle Miguel González Garcés, de Culledero, para proceder al desahucio de la inquilina morosa.
Nada más abrir la puerta de la vivienda se toparon de bruces con el cuerpo de la mujer fallecida, tumbada en el pasillo y con un aspecto momificado.
Lo curioso del caso es que los vecinos, con los que no tenía una especial relación en el bloque, nunca sospecharon nada ni tan siquiera les llegó signo alguno de descomposición del cuerpo. Una historia, desde luego, para no dormir.