Nada parece frenar a esta plaga de asesinos en, supuestamente, nombre de su religión, del Corán o de las mamarrachadas sectarias con la que están mediatizados y a su vez lavan el cerebro a los suyos.
El caso es que el llamado Estado Islámico llama a vengar la muerte de los facinerosos terroristas de Barcelona y lo hace señalando objetivos y acciones de diverso calado.
No se conforman con poner en la diana los grandes centros culturales, sociales y económicos de la vida de España como pueden ser las Torres Kío, en pleno corazón financiero de Madrid, también tiran hacia objetivos más ‘modestos’ como los supermercados, pero no para entrar con un coche, una furgonera o liándose a cuchilladas contra los clientes.
La idea de estos aviesos asesinos es la de introducirse en las grandes superficies e inyectar veneno en los alimentos. De hecho, en la casa de Alcanar, en Tarragona, se detectaron varias jeringuillas que hubiesen sido utilizadas para ese desaprensivo propósito.
El documento al que ha tenido acceso El Español lleva la firma de Al Furat y, entre otras frases, contiene esta amenaza más que directa:
A los hermanos que están en España, no se olviden de la sangre derramada de los musulmanes durante las cruzadas españolas.