Dice el viejo adagio que rectificar es de sabios. Pero aplicárselo a Rosa María Miras Puigpinós sería, como poco, un ejercicio de desmemoria bestial.
Esta señora dice ahora estar arrepentida por los insultos y amenazas vertidas contra la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, a la que llegó a desear que la violasen en grupo.
Según reconoce la individua en cuestión:
Lo que escribí fue una burrada que no quería decir. Estaba en un momento de calentón. No me queda otra que pedir disculpas. Obviamente no quería que pasara literalmente, no estoy loca. Me sabe fatal, ya no solo por ella que es la persona afectada, sino por todas las mujeres violadas.
Sin embargo, las disculpas tienen ‘truco’. Lo que verdaderamente hay detrás es que Miras Puigpinós ha recibido todo tipo de amenazas, hacia ella y hacia su propia familia:
Me han llegado comentarios de que se han quedado con la cara de mi familia y que irían a por ellos, o que ahora saben quién soy y podrán saludarme como merezco si me ven. Ahora voy con miedo por la calle.