Como diría Albert Einstein: «Tendremos el destino que nos hayamos merecido».
Una sucesión de golpes de efecto inesperados acabó ayer con la detención de un italiano buscado por la Interpol en pleno centro de Madrid.
El tipo, de 70 años, fue arrestado por agentes de la Unidad Integral del Distrito Centro Norte de la Policía Municipal, en labores de patrullaje preventivo por la Gran Vía. Estaba en búsqueda y captura por un homicidio doloso perpetrado en el año 1985.
Los hechos tuvieron lugar poco después de las 17 horas del pasado domingo, cuando, a la altura del número 22 de la avenida, un coche policial dio el alto a un vehículo en el que ninguno de sus ocupantes circulaba con el cinturón de seguridad colocado.
De inmediato, los agentes observaron que en su interior viajaban cuatro personas, un niño pequeño acompañado por sus padres en la parte trasera y un hombre de avanzada edad al volante, según recoge Aitor Santos Moya en ABC.
El menor de edad tampoco estaba sujeto por ningún sistema de retención infantil; hecho, este último, que llamó sobremanera la atención de los agentes. Fue entonces cuando los policías solicitaron la documentación a los pasajeros para efectuar las correspondientes denuncias administrativas.
Pero antes de empezar los trámites, algo cambió radicalmente el devenir de los acontecimientos.
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