Ahora están callados como puertas pero dentro de unos días, cuando baje el nivel de indignación popular y animados por sus amigos de LaSexta, Cadena SER y medios ‘progres’, comenzarán a enseñar la patita y a repetir como una letanía que no se puede legislar en caliente y que la prisión esta destinada a reinsertar al delincuente y no a castigar (La cochinada de Echenique usando el cadáver de Laura Luelmo para aniquilar a VOX),
¡Basura! El detenido en relación a la muerte de Laura Luelmo, Bernardo Montoya Navarro, de 50 años de edad, ya ha cumplido condena por el asesinato en 1995 de una anciana en Cortegana (Huelva), la localidad donde Bernardo vivía entonces (El cadáver de Laura Luelmo tiene un golpe en la cabeza y señales de estrabngulamiento en el cuello).
Según la sentencia, , el 13 de diciembre de 1995 Bernardo entró en la casa de una vecina de 82 años de la localidad que lo había sorprendido robando y lo había denunciado (La Guardia Civil detiene al hermano gemelo del vecino de Laura Luelmo, la profesora asesinada).
Bernardo regresó a su casa «provisto de un machete y con la finalidad de acabar con la vida de la anciana para impedir que esta pudiera declarar en su contra en el juicio» que se iba a celebrar contra él por «allanamiento de morada y lesiones», ya que en el intento de robo, Bernardo hirió a la anciana en la garganta con un cuchillo.
La sentencia, de noviembre de 1997, lo condenó a 17 años y dos meses de cárcel por un delito de asesinato. En ella se relata que Bernardo entró en la casa de la octogenaria por una ventana.
«Se agazapó detrás de la puerta de la habitación y de forma sorpresiva y sin mediar palabra, la acometió con el machete que portaba», relatan los hechos probados, «asestándole una puñalada en la región dorsal, cayendo C. al suelo, tras lo cual se abalanzó sobre ella y le propinó otras seis puñaladas en el cuello que le causaron la muerte».
El fallo recoge que Bernardo «sufría una grave adicción a la heroína y cocaína desde hacía varios años, y en el momento de los hechos tenía levemente afectada su voluntad».
La Audiencia Provincial de Huelva, que lo juzgó, le impuso además una orden de alejamiento de Cortegana durante cinco años.
Unos años después, en abril de 2008, una joven de 27 años fue atacada por un hombre cuando paseaba con su perro por un parque de la localidad onubense de El Campillo, donde vivía Laura, a unos 30 kilómetros de Cortegana.
El pastor alemán de la joven recibió una puñalada de 15 centímetros pero logró evitar lo que, según le acusó la chica, fue un intento de violación.
El hombre que la agredió, según publicaba Huelva Información, era un vecino de la zona que cumplía condena por asesinato desde hacía 12 años y se hallaba de permiso penitenciario. Sus iniciales eran B. M. N.
En enero de 2005, la prensa local se hacía eco de una revuelta de la población paya de Cortegana contra la comunidad gitana de la localidad a raíz de varios asesinatos protagonizados por gitanos, entre ellos el cometido por Bernardo y otro cometido por su hermano gemelo, Luciano, en octubre del año 2000, cuando mató a una mujer de 35 años a la que también había robado.
El gemelo de Bernardo, Luciano, a quien erróneamente se señaló en principio como el hombre que vivía enfrente de Laura, cumple condena en la cárcel de Ocaña II por asesinato y se encontraba preso la semana pasada cuando Laura desapareció.
Este lunes salió de permiso. Luciano fue condenado por el asesinato de otra vecina de Cortegana, una mujer de 35 años.