Son muchos días de angustia y horas que han disparado las especulaciones. Han pasado 11 días desde que el pequeño Julen cayera en ese pozo de prospección en la localidad malagueña de Totalán y ahora se cuestiona lo que ocurrió ese domingo y cuándo y por qué se produjo el accidente.
Desde el primer momento la Guardia Civil ha barajado varias causas posibles del extraño accidente pero hay una versión «no oficial» que todos los miembros de los equipos de rescate conocen pero en la que se ha impuesto, de momento, una especie del ley del silencio.
Cuentan a Periodista Digital esta versión, insistimos que no oficial y tampoco confirmada por fuente oficial alguna, la clave está en lo declarado por el pocero contratado por el primo del padre de Julen que realizó los trabajos en diciembre. Un mes antes del accidente y que asegura que colocó la piedra de seguridad preceptiva en estos casos de unos 5 metros.
«El domingo, comían una paella familiar en ese terreno; los investigadores de la Benemérita sospechan que mientras las mujeres cocinaban, el padre y el tío de Julen, intentaron ocultar un ‘cargamento prohibido’ en el agujero aprovechando que es inservible como pozo de agua… por lo tanto, no estaría tapado».
En este rumor que se está difundiendo, otras dos hipótesis se suman al de las sustancias estupefacientes prohibidas: que padre y primo estuviesen usando el pozo para lanzar escombros de la obra que están realizando en la casa o que lo intentasen sellar para aprovechar el agua de lluvia.
Sea como fuere, esta fuentes sospechan que Julen se encontraba con su madre y su tía, jugando con su prima. La madre habría dicho al pequeño que fuera a avisar al padre de que era la hora de la comida. Es un pozo muy próximo a la casa. Julen habría llegado hasta el pozo en búsqueda de su padre, pero se habría alejado a recoger más escombros con una carretilla y el pequeño Julen cayó al interior del pozo.
Los hombres habrían vuelto al lugar y sin percatarse de que Julen estaba en el interior habrían continuado echando escombros sin saber, por supuesto, que lo que estaban haciendo era sepultar al pequeño. Poco después llegaba la madre de Julen preguntando por él… pero había desaparecido.
Buscan en el campo sin éxito y les paraliza el pánico al saber que el niño está sepultado bajo kilos de escombros imposibles de volver a extraer. Los gritos de desesperación llaman la atención de unos senderistas que pasan cerca del lugar y entonces ellos telefonean al 112. Tienen que esconder el motivo real del accidente. Padre y primo entran en contradicciones y sus declaraciones no resultan coincidentes, algo que despierta el recelo de los investigadores, según esta versión.
A la Guardia Civil le resulta extraño que los padres no telefonearan de inmediato al 112 y que esta llamada no se produjera hasta que aparecieron los senderistas. Cuando llega el constructor del pozo al lugar, comunica a la Guardia Civil que aquello no está como él lo dejó y que falta el sello que habría realizado a la obra.
Es la versión que circula con insistencia y que todo el mundo conoce o ha oído en Totalán. Es, en definitiva, un desgraciado accidente.