El belga Gabriel Salvador sabía que sus hijos estaban muertos. Así se lo hizo saber a la Guardia Civil al poco de ser interrogado con restos de sangre en su ropa, y tras haber sido encontrada su mujer, la colombiana María Gombau, escondida en un bidón medio desnuda. La Guardia Civil logra que la madre confiese y encuentran muertos a los dos niños desaparecidos en Valencia.
Horas después, este jueves 14 de marzo de 2019, aparecían los cadáveres de los dos infortunados pequeños, una niña de cinco meses y un niño de tres años y medio, semienterrados cerca de la casa que ‘okupaban’ sus perturbados padres en el término municipal valenciano de Godella, próximo a Rocafort.
«Están todos muertos», dijo el hombre con voz entrecortada.
También manifestó que su esposa se había sumergido en una piscina para reencarnase en su hijos.
Gabriel Salvador, obsesionado junto a su pareja por el mundo de los extraterrestes y las abducciones, había subido a su canal de Youtube hace dos semanas un vídeo tocando la guitarra y cantando que «los cuentos siempre acaban bien, pero la magia está en no pecar». Algo premonitorio.
Además de esta grabación, el chalado compartía un manual sobre cómo fabricar ‘Gans’ -plasma sanguíneo- y otro que habla sobre marcianos.
Ambos tienen problemas mentales muy graves y al parecer se drogan hasta las cejas. No en balde los servicios sociales estaban estudiando retirarles la custodia de los dos niños. Demasiado tarde.
De acuerdo a la versión del padre, la madre trató de ahogarlos este miércoles por la noche después de que la pareja tuviera una fuerte discusión.