Las imágenes hablan por sí solas. Dos empujones.
Así fue el inicio de la pelea mortal del Puerto Olímpico, en la que un joven chino de 25 años perdió la vida como consecuencia de los golpes recibidos a mano de un grupo de siete fiesteros de Europa del Este. El vídeo al que ha accedido este medio muestra a tres jóvenes asiáticos discutiendo con otros tres hombres. En un momento de la secuencia llega a la escena un fornido individuo, que empuja al primer grupo.
El chico chino le devuelve el empujón y empieza allí la paliza mortal, según recoge el autor original de este artículo Ignasi Jorro en cronicaglobal y comparte Periodista Digital.
La secuencia exhibe sin pudor el pánico del resto de fiesteros ante la pelea, en la que participan al menos tres asiáticos y varios jóvenes del Este.
Los que se llevan la peor parte son dos chinos con camiseta blanca y negra, que acaban rodando por el suelo como consecuencia de los empujones, puñetazos y patadas que les propinó el otro grupo. Uno de ellos acabaría muriendo y, el otro, atendido por los servicios médicos en estado leve. Lo que también confirman los dos macabros minutos de vídeo es que nadie intercedió en defensa de ninguno de los dos grupos o para separarlos, y que tampoco llegaron vigilantes de seguridad o policías mientras se intercambiaban golpes.
Quizá por esta falta de seguridad, la patronal de ocio nocturno, Fecalon, exigirá hoy más vigilancia en el entorno de los 24 locales de ocio nocturno del Puerto Olímpico. Lo hará durante la reunión que mantendrá con representantes del Ayuntamiento de Barcelona –se espera la presencia de Albert Batlle, teniente de alcalde de Seguridad–, de la gestora del muelle de ocio (Pobasa), de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Urbana.
Es cierto que la policía autonómica ya ha reforzado su presencia policial en la instalación con el despliegue de la Brigada Móvil (Brimo), pero se espera que los empresarios pidan que dicha presencia sea permanente o que, al menos, se incremente el númeor de vigilantes de seguridad de la empresa SP4 que patrullan el lugar.
Advierten fuentes cercanas a los operadores de ocio nocturno que la inseguridad en algunas zonas de la dársena es notable, especialmente en la escalinata que une el muelle con el final de la calle Marina.
Este hecho es tan notorio que algunos relaciones públicas de las discotecas del Puerto llegan a acompañar a turistas a su casa en coche para evitar robos sin o con violencia por parte de grupos que acuden al lugar a delinquir.
