Lo cuenta El Periódico, son dos periodistas muy conocidas. Han trabajado en radio y en televisión. Durante año y medio, desde agosto de 2017, ellas y sus familiares sufrieron el acoso, la persecución y las amenazas primero en redes y luego físicas de un hombre de 36 años. Tras una larga investigación, la Policía Nacional lo detuvo en enero y un juez lo ha condenado a año y medio de cárcel, que pasará en un centro psiquiátrico.
Todo empezó a través de las redes. Una popular periodista, presentadora de un programa de éxito, acudió a la comisaría de Chamberí en agosto de 2017. Allí explicó que la habían amenazado gravemente por Twitter. A ella y a su hija. El primer mensaje decía así: «Estás muerta. La primera vez te avisaron, la segunda te topaste con ello y no habrá una tercera, créeme que no habrá una tercera. Tú vas a morir, te voy a matar a ti y a tu hija«.
En septiembre, la periodista recibió otro mensaje: «No pararé hasta verte colgada de un árbol quemada viva. Juro por Dios que te haré que desaparezcas de este mundo».
En enero de 2018, el acosador dio un paso más, una noche se acercó al comercio que la madre de la periodista tiene en un barrio de Madrid y dejó una nota bajo el cierre metálico del establecimiento: «Estás muerta».
Las amenazas se repitieron en mayo. «Voy a matar a tu hija y a tu marido. La mentira se paga con la muerte. Tu hija va a morir». En junio, es otra periodista, conocida por su trabajo en televisión y radio, la que denuncia que recibe nuevas y graves amenazas: «Perra malnacida, bastarda, desecho social… No mereces vivir. Periodista, no tienes derecho a la vida, estás muerta».
En junio de 2018, el acosador acude de madrugada a la salida del trabajo de las dos comunicadoras, en Madrid. Denuncian que un «varón, de 30 o 35 años, que viste cazadora oscura y tiene barba de pocos días» les grita: «Cállate la puta boca» y les hace un gesto con la mano de que les va a «rajar el cuello». La Policía colocó un patrulla para que las mujeres pudieran ir y salir seguras de su trabajo.
Durante meses, las dos mujeres acudieron a trabajar amenazadas y protegidas por la Policía. Siguieron recibiendo mensajes: «Te van a violar, te vamos a matar, y a tu hija, delante de ti. Date por muerta. Te van a rajar, a prender fuego», «Te vas a llevar 57 puñaladas».
La investigación del Grupo de Redes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía fue compleja. No era un acosador al uso, sabía cómo borrar sus huellas. Los agentes descubrirían que se escondía detrás de perfiles falsos (llegó a elaborar 53 con distintos nombres) y enviaba los mensajes desde diferentes lugares de Madrid.
Los agentes realizaron un estudio horario. Policías de paisano acudieron a esas horas a algunos de los locales desde donde se enviaban los mensajes e hicieron guardias. Llegaron a investigar más de mil direcciones IP.
Pese a la gravedad de las denuncias, la jueza decidió archivar provisionalmente el caso, dado que no había «autor conocido».
La policía siguió investigando. Las dos periodistas siguieron recibiendo amenazas. El 9 de enero de 2019, el que parece ser el mismo hombre acude a la puerta de sus trabajos. Les grita: «Te voy a matar». El 13 de enero, el ex marido y la hija de una de las periodistas están cenando en un restaurante en Madrid. A través de los cristales, ven a un hombre que les está haciendo fotografías desde la calle. El padre sale entonces a pedirle explicaciones y el individuo se va corriendo.
Dos días después, la otra periodista amenazada está haciendo deporte en un gimnasio. Desde la cristalera ve a un hombre que le hace gestos. Se acerca y el tipo le dice: «Te voy a cortar el cuello». La mujer pide ayuda al profesor de boxeo y con ayuda de un vecino capturan al hombre.
Las víctimas y testigos le identificarían luego como el acosador. Lo mismo harán tres dueños de otros tantos locales desde donde enviaba los mensajes amenazantes.
El Juzgado número 31 de Penal lo condenó a año y medio de cárcel que de momento pasa interno en un centro psiquiátrico. La sentencia afirma que «padece un cuadro psicótico”. El juez establece que el hombre deberá seguir tratamiento médico al menos durante cuatro años y le prohíbe acercarse a menos de 500 metros de las dos periodistas y sus familias.
