El agresor es un camerunés de 27 años, grande como un armario, negro como un zapato y con antecedentes por atentado a la autoridad, lesiones y tráfico de drogas.
La víctima es un español de 38 años, hostelero y ‘drag queen‘, que tuvo la desgracia de pasar por esa esquina de la madrileña Gran Vía con la calle de Valverde la noche del 12 de octubre de 2019, en un mal momento.
El hostelero regresaba solo a su casa de Chueca, tras celebrar su pre-fiesta de cumpleaños en la discoteca La Boite, a dos pasos de la plaza del Carmen.
Escribe Aitor Santos Moya en ‘ABC’, que al superar Gran Vía, el hombre observó a un fornido individuo de raza negra discutir acaloradamente con una una joven de apariencia caucásica.
Y que al ver llegar un coche, se vio obligado a meterse más en la acera, momento en que el camerunés le gritó: «Tú que miras, maricón de mierda».
Dicho esto, sin otro preámbulo, el africano le propinó un tremendo puñetazo en el ojo que le hizo caer al suelo, y se alejó sin mas junto a la mujer con la que discutía.
El gay quedó tendido en la acera, con los cristales de las gafas rotas clavados en un ojo.
Los sanitarios del Samur trasladaron a la víctima a la Fundación Jiménez Díaz, donde fue sometida a una primera operación quirúrgica.
Consecuencia de la agresión, el español perdió la visión de un ojo y tuvo que ser sometido a dos operaciones: una de urgencia, en la que le reconstruyeron el iris y recibió más de 15 puntos internos de sutura; y otra para someterse a un trasplante de córnea.
Según los médicos, el proceso de recuperación de la vista -caso de lograrlo plenamente- se dilatará por lo menos un año: «Ahora, solo ve una especie de círculos borrosos».
Interpuesta la correspondiente denuncia, los agentes de la comisaría de Centro iniciaron una investigación que se saldó esta 17 de diciembre con la detención del camerunés.
