LA INSÓLITA EXPERIENCIA DE UNA DEDICADA MADRE

Papa Noel le trajo una horrenda bebé sirena a su hija y terminó vinculada en una red de narcotráfico

Papa Noel le trajo una horrenda bebé sirena a su hija y terminó vinculada en una red de narcotráfico
La muñeca Pearl.

El ímpetu de una madre por complacer los deseos de su amada hija no se detuvo cuando le fue encargada un muñeca sirena en el año 2015.

Elizabeth Faidley, de Nueva York, por poco no fue acusada por tráfico de drogas al adquirir para su hija Ellie aquel encargo de su hija. La extraña situación que vivió fue hecha publica desde la propia página de Facebook de Faidley.

Y es que la madre logró el objetivo encontrar el atesorado regalo un poco antes de aquellas navidades, Etsy, un mercado especializado en objetos únicos y hechos a mano, fue el sitio del peculiar hallazgo.

La descripción que hace Elizabeth en su relato es delirante, al recibir la sirena, a la cual bautizó como Pearl, se dio cuenta que era «horrible»: además de tener una piel «espeluznante y extraña», la cara que tenía hizo que los  estudiantes adolescentes de la mujer reaccionaron «con puro horror». Pero esto no impidió que le entregara el regalo a su hija, convencida de que a esta si le gustaría.

Pero a la niña tampoco le gustó. «¡Dios mío, esta muñeca es horrible! ¿Qué te pasa, Santa?», expresó la bebé solo al desenvolver el juguete. Según Elizabeth, tal fue la sorpresa que fue un factor determinante para que la niña comemnzara a fijarse de que Papá Noel no existe.

Y como la madre no estaba conforme, llevó la muñeca sirena a un taller de la vecina ciudad de Secaucus, en Nueva Jersey, a un lugar especializado en la restauración de juguetes.

Justo ahí vino la sorpresa, cuando una mañana de enero un efectivo policial la contactó para informarle que los trabajadores del taller encontraron 60 gramos de cocaína dentro de la cabeza de la fea muñeca Pearl.

Según el relato, el policía dejo ver que las drogas pertenecían a Elizabeth, pero ella lo negó y expresó que no guardaba ninguna relación con la droga, cosa que pudo demostrar.

«Él cede y acepta que sería extraño que yo metiera cocaína en la cabeza de una muñeca y luego la enviara a un costoso hospital de muñecas», describe la mujer lo que llama «la conversación más rara» de su vida.

Hace tan solo unos días la historia llegó a su final, al menos para la familia de Elizabeth. En una llamada telefónica, la Policía les informó que no creían que la cocaína les perteneciera. pero le dejaron saber también que Ellie nunca verá la muñeca.

«Lamento decepcionar a su hija, pero Pearl no puede volver a casa. Nunca. La guardarán como prueba en espera de un juicio internacional de drogas. Lo siento», cita la mujer al detective.

«Tratamos de conseguir el mejor regalo de Navidad, accidentalmente compramos una muñeca sirena rellena de cocaína y nos enredamos en una red internacional de tráfico de drogas», sintetiza Elizabeth, que desea a todos aquellos que lean su relato unas navidades «libres de sirenas y drogas».

Publicada por Elizabeth Faidley en Lunes, 23 de diciembre de 2019

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