Tras un año de pensar que su amigo seguía con vida, Carlos se metió en el cementerio y abrió la tumba

Zaragoza: Profana la tumba de su amigo porque creía que era una muerte ‘fake’

Zaragoza: Profana la tumba de su amigo porque creía que era una muerte ‘fake’
Cementerio PD

Carlos no creía que su amigo había fallecido. Todo le parecía que se trataba de una muerte ‘fake’. Una teoría que fue reafirmando cuando vio que su familia no realizó ningún velatorio y que se limitó a enterrar el cuerpo en el cementerio bilbilitano de Calatayud (Zaragoza).

Según averiguó la Policía, tanto a Carlos como a un grupo de amigos se le metió en la cabeza que José Luis estaba vivo e incluso comentaban entre ellos que «alguno» lo había «visto» en Zaragoza.

El deseo de conocer la verdad les comenzó a carcomer por dentro. Tras un año de pensar que su amigo seguía con vida, Carlos se metió en el cementerio con otra persona, y presuntamente rompió la lápida y el ataúd, hizo fotos y las remitió a sus colegas. Una decisión que ocurrió en marzo de 2016.

«Al día siguiente, un enterrador y uno de la funeraria encontraron la lápida rota. La conclusión a la que llegaron es que la habría tirado el viento. El caso es que mis padres se lo creyeron, no se plantearon nada más y el seguro repuso la lápida», explica Elena, hermana de José Luis, tras el juicio que empezó a celebrar este miércoles 19 de febrero contra Carlos.

Fue al cabo de una semanas cuando una mujer de ese grupo de amigos, contactó con un allegado de la familia del fallecido y le contó que realmente la lápida no la tiró el «aire», sino que había sido Carlos. Para demostrárselo le enseñó las fotos que él le había pasado desde su teléfono móvil.

Como mantiene el letrado en su escrito de acusación, Selene conocía lo ocurrido no solo por las fotos que le envió el presunto profanador sino porque Carlos cogió uno de los trozos de la lápida rota y se desplazó hasta Zaragoza para reunirse con ella y mostrárselo. «Mis padres se llevaron un enorme disgusto, ya que, además de sufrir por la muerte de su hijo, no entendían por qué habían profanado su sepulcro», cuenta Elena.

En ese momento denunciaron lo ocurrido y la Policía, tras analizar los teléfonos móviles, constató que las fotos que tenía la mujer se las había enviado el acusado. Además, cuando fue interrogada por la Policía, reconoció que había sido él, según plasmaron en el informe policial. Las comprobaciones culminaron con la detención de Carlos en mayo de 2016 como presunto autor de la profanación del nicho.

Profanación

Un juzgado de Calatayud abrió diligencias contra él como presunto autor de un delito contra el respeto a los difuntos. La instrucción judicial se fue dilatando el tiempo suficiente para que Selene entablara una relación con Carlos, situación que utilizó de excusa para no declarar contra él por ser pareja sentimental.

«La duda de la familia era si iba a mantener las afirmaciones que hizo ante la Policía, porque a estas alturas han cortado la relación, tienen un hijo en común y un proceso judicial abierto sobre la custodia del menor», explica Elena.

Las dudas quedaron despejadas durante el juicio. «Él ha negado los hechos, dice que no tiene nada que ver y ella no quiso ratificarse», contó. Un policía sí que corroboró las declaraciones iniciales de Selene, pero la ausencia del funcionario que le tomó declaración llevó al juez a aplazar la vista hasta el mes que viene.

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