Ocurría este pasado 18 de febrero en el Módulo carcelario de Seguridad del Hospital General Universitario de Alicante. Cuatro agentes de la Guardia Civil, procedentes de la prisión de Villena Alicante II, habían trasladado a un peligroso recluso tras un presunto intento de suicidio en el presidio.
Dado el carácter agresivo del delincuente, los agentes de la Benemérita pusieron especial cuidado en el ingreso al hospital donde ya dos policías nacionales se hicieron cargo del preso de origen magrebí y condenado por violentos delitos de diversa naturaleza, tal y como han asegurado a Periodista Digital fuentes de Instituciones Penitenciarias.
Este Modulo Seguridad alicantino suele estar frecuentado por presos comunes pero también terroristas, narcotraficantes, asesinos, crimen organizado o presos violentos. Los dos agentes de servicio ya estaban alertados de la peligrosidad del individuo, que además es atlético, corpulento y agresivo.
Tal y como han explicado las mismas fuentes en exclusiva a Periodista Digital, minutos después de quedar ingresado el recluso se introdujo en la ducha de su pequeña celda de alta seguridad hospitalaria pero excedió demasiado en el tiempo, motivo que alertó a los agentes que se interesaron por el motivo de la tardanza temiendo por la integridad del peligroso delincuente.
Después de varias llamadas sin respuesta, los agentes forzaron la puerta del baño, momento en el que el preso se les abalanzó y comenzó a agredirles, al tiempo que corría hacia la salida con la intención de fugarse. Puños, patadas, mordiscos… todo le servía al corpulento delincuente para tratar de noquear a los dos policías.
Sin embargo, pese a sus habilidades en lucha y agresividad, el preso tuvo la mala suerte (y el personal sanitario y la sociedad, la buena) de toparse nada más y nada menos que con un agente de policía muy especial: el doble campeón del Mundo de Kárate de la Policía, el joven agente alicantino que responde a las iniciales J.J.B., quien abortó el intento de fuga, tal y como apuntan a PD fuentes penitenciarias.
Después angustiosos minutos de lucha, el agente con su pericia redujo al delincuente que, sin embargo, quería más: al ser asistido posteriormente por los médicos intentó agredir al personal sanitario. Finalmente, tuvo que ser sedado dada su “extrema agresividad”, indican las mismas fuentes.
Los dos agentes resultaron heridos y el preso tendrá que enfrentarse a nuevos cargos de quebrantamiento de condena y atentado.
No es la primera ocasión que ocurre algo así en el Hospital de Alicante. Hace dos años otro preso magrebí agredió a dos policías y logró escapar pero la rápida intervención de la Policía Nacional logró neutralizar la fuga. Además, hace una década un preso le robó un arma policía con la fortuna de que no pudo abrir fuego contra el personal sanitario porque no supo hacer uso correcto del arma.