Un valiente que nos deja.
La Guardia Civil no ha terminado de superar el luto, por los dos agentes caídos víctimas del coronavirus y ya suma una nueva baja.
El último fallecido es el coronel de la Guardia Civil Jesús Velez Artajo, un militar muy apreciado dentro del Cuerpo y que fue el primer jefe de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR).
Con una impecable hoja de servicios, siempre dispuesto a ocupar los puestos de mayor peligro y sacrificio, se hizo cargo de esta unidad en 1980, cuando sus componentes, todos voluntarios, se entrenaban en la localidad ciudarrealeña de Argamasilla de Alba.
Fue el atentado de ETA en la localidad vizcaína de Ispaster contra una patrulla de la Guardia Civil, con un balance de seis agentes asesinados y dos terroristas muertos, la que determinó el envío de los GAR al País Vasco, con Velez a la cabeza.
El coronel fallecido fue, por su gran expriencia antiterrorista, agregado de la Guardia Civil en París;; además de otros destinos en Guipúzcoa, Zaragoza y otras provincias.
Su muerte ha coincidido en el tiempo con el internamiento hospitalario del teniente coronel jefe del Grupo de Acción Rápida (GAR, así se denomina ahora), Jesús Gayoso Rey, tras dar positivo en las pruebas de coronavirus. El GAR, con sede en Logroño se desplegó el fin de semana del 7 y el 8 de marzo en Haro, en La Rioja, para confinar a un grupo de vecinos y contener un brote de coronavirus.
Segundo guardia civil fallecido por coronavirus: 38 años y sin patologías previas
Francisco Javier Collado, de apenas 38 años, es la segunda víctima del coronavirus dentro de la institución después de que falleciera tras pasar algunos días con los síntomas de la enfermedad y fuese ingresado en el hospital. Sin embargo, a las pocas horas se decretó su muerte.
Collado, quien estaba casado y tenía un hijo de 10 años, era el presidente de la Asociación Española de Guardias Civiles en Ciudad Real. Como se ha logrado conocer, estaba destinado en la prisión de Herrera de La Mancha, donde realizaba servicios de seguridad perimetral del centro. Además, participaba también en labores de traslado de presos a los juzgados.
El fallecido llevaba unos días ya afectado y en cuarentena en casa, pero hasta esta mañana no se sintió con un cuadro de sintomatología y de malestar como para trasladarse al hospital.
Desde la asociación APROGC instan al Gobierno de España a que, en el marco de las medidas excepcionales contra el virus, se considere las infecciones de los guardias civiles y sus secuelas como producidas en acto de servicio, para que sus familiares puedan acceder así a los efectos de ayudas, indemnizaciones o pensiones que pudieran derivarse de las secuelas en los agentes.
Un año mayor a su compañero
La Guardia Civil confirmó el pasado 18 de marzo que falleció un agente de 37 años destinado al servicio de retribuciones en Valdemoro (Madrid).
Pedro Alameda, que había dado positivo en la prueba de COVID-19, no padecía de patologías previas significativas ni se encontraba en el grupo de riesgo por su edad.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha señalado en un comunicado que su compañero es «el primer guardia civil fallecido por contagio del coronavirus». Una trágica situación que afecta de lleno a su familia, ya que deja una hija pequeña de cinco años. El oficial era miembro de la junta directiva provincial de esta asociación profesional del instituto armado.
La Dirección General de la Guardia Civil se ha limitado a confirmar el positivo en COVID-19 y la edad del agente fallecido, así como su destino, por respeto a la privacidad. La AUGC, por su parte, ha mostrado su pésame a la familia y ha señalado que este agente carecía de patologías previas y antes de contraer la enfermedad prestaba su servicio con normalidad.
Además, la AUGC ha expresado sus condolencias al resto de familias españolas que también han perdido a un ser querido por esta pandemia de coronavirus y ha solicitado que se sigan las instrucciones de las autoridades sanitarias.
