Del 40 a 45% de las personas infectadas con SARS-CoV-2 son asintomática

Así fue cómo un viaje en ascensor causó 71 nuevos casos de Covid-19

El uso de mascarillas en espacios públicos, el distanciamiento social y el lavado frecuente de manos es de vital importancia para frenar la propagación de la pandemia por coronavirus

Así fue cómo un viaje en ascensor causó 71 nuevos casos de Covid-19

La falta de síntomas frente a una patología activa deriva en riesgos tanto para las personas infectadas como para la población en general.

Se estima que cerca del 40-45% de la gente infectada con SARS-CoV-2 es asintomática, con una carga viral igual de alta que la de aquellos que están activamente enfermos.

Estos ‘propagadores encubiertos’ pueden expulsar el virus por hasta 14 días, y esto plantea serias preguntas sobre la efectividad de las estrategias de testeo o el uso de herramientas de detección como el chequeo de la temperatura.

Un viaje peligroso en elevador

El 19 de marzo, una mujer de 25 años regresaba a su casa, en la provincia china de Heilongjiang, desde los Estados Unidos.

Al llegar, hizo la respectiva cuarentena como las autoridades han recomendado después de llegar de algún viaje.

Ella no presentaba síntomas, pero pronto el novio de la madre de su vecino dio positivo de SARS-CoV-2.

Mientras tanto, ella controlaba si había estado expuesta mediante pruebas de anticuerpos del coronavirus, que resultaron negativas el 31 de marzo y el 3 de abril.

Para entonces ya estaba muy avanzada la cadena de 71 contagios que la mujer, identificada como A0 en un estudio publicado en Emerging Infectious Diseases, del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), inició inadvertidamente, al usar el elevador de su edificio.

La cantidad de personas, como el hecho de que ella haya sido asintomática e incluso que no se detectaran anticuerpos en los tests, volvió a mostrar el peligro del amplio contagio comunitario.

Fue así como esta persona se convirtió en super transmisora de la Covid-19, aun cuando vivía sola, y no se movió.

Pero usó el elevador y al tocar el interior dejó copias del coronavirus. Su vecino del piso de abajo, lo utilizó también poco después y se contagió.

El 26 de marzo, el vecino recibió a su madre y al novio de la mujer, que cenaron, se quedaron hasta tarde y decidieron dormir allí hasta el día siguiente.

El 29 de mayo, la madre y su pareja fueron a una fiesta. Cuatro días más tarde, otra persona que asistió a la misma reunión sufrió un accidente cerebro-vascular (ACV): un hombre, al que sus dos hijos llevaron a un hospital. Allí les informaron que el paciente estaba además infectado por el SARS-CoV-2. El 6 de abril hubo que trasladarlo a un segundo hospital, porque su condición se había complicado.

El 7 de abril, el novio de la madre del vecino de A0 empezó a mostrar síntomas de COVID-19.

Dos días después, una prueba confirmó que se había contagiado.

“Fue el primer caso confirmado en este grupo”, reseñaron en Liu Jingtao, Huang Jiaquan y Xiang Dandan en su estudio.

El rastreo de sus contactos reveló que había transmitido el coronavirus a varios. En esa ocasión se descubrió que el vecino de A0 también era positivo. Pero no se comprendía todavía la cadena.

En el primer hospital donde se trató al paciente de ACV (identificado en el trabajo como C1.1, y sus hijos como C1.2 y C1.3), 28 personas se infectaron, entre ellas cinco enfermeros, un médico y un empleado administrativo. En el segundo hospital se infectaron otras 20 personas.

Para entonces el rastreo de contactos se había centrado en el vecino de A0, identificado como B1.1; al hablar con los demás habitantes del edificio las autoridades se encontraron con la mujer que había regresado de un viaje al extranjero y le pidieron una nueva prueba de anticuerposcontra el SARS-CoV-2. El 10 de abril dio negativo; el 11, al repetirla, dio positivo.

“La secuencia del genoma del virus era distinta del genoma viral que circulaba en China desde antes”, señalaron los autores: esa fue la primera pista que permitió armar el rompecabezas.

En Heilongjiang, que había logrado controlar el virus y no había tenido contagios desde el 11 de marzo, la llegada de A0 reinició la cadena con cuatro casos al 9 de abril, que se multiplicaron hasta 71 el 22 de ese mes.

El estudio permitió distinguir entre los infectados a aquellos que desarrollaron síntomas y aquellos que fueron asintomáticos, como A0, y asignó una letra a cada subgrupo contagiado, como la familia C, y un número por cada generación de contagio (por ejemplo C1.2 y C1.3 son los hijos de C1.1, el paciente que sufrió un ACV).

“Nuestros resultados ilustran cómo una única infección asintomática de SARS-CoV-2 pudo generar una transmisión amplia en la comunidad”, destacó el estudio que publicó el CDC.

“Las medidas continuas de protección, detección y aislamiento de las personas infectadas son esenciales para mitigar y contener la pandemia de COVID-19″, concluyeron, en alusión al uso de mascarillas en espacios públicos, la distancia social y el lavado frecuente de manos.

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Autor

Yéssica Salazar

Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo. Con Máster en Gerencia y Tecnologías de la Información. Con infinito amor por el periodismo y los medios audiovisuales que me han permitido conocer nuevos senderos, diferentes y desconocidos.

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