Un total de seis policías resultaron heridos por disolver una fiesta en plena calle.
Una veintena de personas de distintas edades, entre ellas menores, estaban consumiendo alcohol y bailando, sin mascarillas ni guardar ninguna medida de seguridad impuestas por el COVID-19.
Los vecinos de la barriada sevillana de Madre de Dios, una de las más humildes y conflictivas de la capital andaluza, llamaron a la Policía Local y fue cuando comenzó el duro enfrentamiento.
El resultado fueron seis detenidos y otros seis policías heridos.
Los arrestados, que han quedado a disposición judicial, ya eran conocidos por las fuerzas de seguridad sevillanas.
Todos son delincuentes habituales que suman hasta 36 detenciones previas, según la información facilitada por el Ayuntamiento hispalense.
Los agentes pidieron a los asistentes que recogieran todo y se pusieran la mascarilla, de uso obligatorio en Andalucía desde hace justo una semana. Ante su negativa y la “actitud desafiante”, los policías llamaron a otras unidades.
Ese aviso provocó que uno de los participantes en la fiesta clandestina arrojara un vaso de bebida a la cara de uno de los agentes, seguido de amenazas e insultos.
A partir de ese instante la situación se descontroló y seis de los asistentes empezaron a golpear a los policías. La llegada de otras patrullas de apoyo facilitó la detención de cuatro hombres y dos mujeres, de entre 29 y 53 años de edad.
Una de las mujeres no acabó en comisaría porque los policías decidieron dejarla en el barrio para atender a los menores que había en la fiesta, aunque también ha sido denunciada.
