Cuando, con apenas 18 años, Rosauro Varo comenzó sus andaduras como emprendedor vocacional, jamás hubiera alcanzado imaginar que llegaría a vender Pepephone, compañía que fundó junto a los hermanos Hidalgo, por 158 millones de euros y que adquiriría 2.000 licencias VTC de Cabify por 30 millones. Aquel jovencísimo empresario que fantaseaba con montar un imperio con sus inversiones en todo tipo de negocios (desde máquinas de rayos UVA hasta tiendas de ropa infantil, pasando por tecnología e inmobiliarias) llegó a popularizarse por ser uno de los ‘cabecillas’ de la hostelería y de la fiesta en España.
Pareja de la actriz Amaia Salamanca y padre de sus tres hijos, Olivia, Nacho y Mateo, Varo también es uno de los principales socios del conocido club de playa Puro Beach, ubicado entre Estepona y Marbella (Málaga), que ardió el pasado 29 de agosto de 2020 en un incendio que «calcinó por completo las instalaciones». Ahora, una semana más tarde, el sevillano ha anunciado que, junto a sus socios, el chiringuito será reconstruido.
Tremendo. Se han vivido momentos de pánico. #estepona #purobeach #lagunavillage incendio ahora el fuego en hotel de lujo #kelpinsky pic.twitter.com/4UJioN1kGU
— Beatriz Simó (@Beasimo) August 29, 2020
El holgado colchón económico de Rosauro Varo
Afortunadamente, Rosauro cuenta con un holgado colchón económico que le permitirá afrontar el siniestro y sacar a flote el negocio.
Por un lado, es presidente de Gat Headquarters, con un capital social de 79.250.000 euros, administrador único de Gat Tecnology y dueño de Gat Legacy, que suma un capital social de 64,8 millones. Además, los socios de Puro Beach poseen otros cinco locales más: en Illetas y Palma (Mallorca), Barcelona, Denia (Alicante) y Vilamoura (en el sur de Portugal) y pretenden abrir tres establecimientos más en Taghazout (Marruecos), Creta (Grecia) y a las orillas del Mar Rojo, en Egipto.