Un circo en toda regla…pero, dada la situación que España vive, la cosa no está para risas.
Y es que volvemos a lo de siempre, a la irresponsabilidad de cuatro o de cuarenta caraduras que, aparte de no velar por el resto de la sociedad, tampoco se tienen estima por ellos mismos.
Cuando una parte importante del territorio está confinado, con locales de hostelería chapados por 15 días o un mes, cuando hay restricciones a la movilidad, cuando se insiste en el cumplimiento de usar mascarillas y mantener la distancia social, otros creen que las normas no van con ellos y se montan una bacanal por todo lo alto.
Y no crean ustedes que ha sido en un piso particular. Nada de eso. La Policía Nacional ha descubierto y desmontado el fiestón que se habían montado en un local de la estación del AVE de Zaragoza unos frikis del intercambio de parejas.
Así, sin anestesia, sin ningún tipo de medidas de precaución y, por supuesto, saltándose el estado de alarma a la torera.
Tal y como revela el diario ABC, la fiesta en cuestión se celebró el 25 de octubre de 2020 y desde luego los agentes que intervinieron en la operación no daban crédito a lo que veían.
Gente sin mascarillas, sin guardar la protección, sobrepasado el aforo máximo, estar de juerga cuando ya se pasaba generosamente de la hora prevista para el toque de queda. Y encima, de postre, en un local que pertenece al Gobierno de Aragón, comunidad presidida por el socialista Javier Lambán.
ADVERTENCIAS QUE CAEN EN SACO ROTO
Lo de Zaragoza es solo un ejemplo más de lo que está sucediendo en el resto de España y en toda Europa.
Y eso a pesar de las recomendaciones y advertencias de las autoridades sanitarias sobre la necesidad perentoria de evitar este tipo de eventos sociales mientras no haya una vacuna.
Pero el problema, reza un dicho muy español, es que aquí das la mano y te cogen el brazo entero.
Después del confinamiento hay quienes pensaban que ya iba a ser más que un alivio poder disfrutar de un ágape en la terraza de un bar, poder viajar o asistir a una sala de cine. Pero no, los hay que querían volver al cachondeo, a juntarse ciento y la madre y, obviamente, eso tiene sus consecuencias.
Es más, la Organización Mundial de la Salud ya advertía en junio de 2020 sobre la inoportunidad de celebrar eventos masivos. Trataba de desincentivar la organización de fiestas que reunieran a un número ingente de personas y así se lo hacía saber a los diferentes países.
Pero nada, al final es raro el fin de semana que en España no haya constancia de botellones, de fiestas ilegales y de personas que se saltan a la torera el toque de queda.
Claro que, en el fondo, cómo pedirle responsabilidad, especialmente a los jóvenes, cuando la presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, es pillada de farra a altas horas de la madrugada en un local de Mallorca y saltándose ella misma el toque de queda decretado para los ciudadanos de su comunidad autónoma.
¿O qué se puede decir de la fiesta de Pedrojota en la que, para celebrar los cinco años de vida de El Español se juntaron decenas de políticos con otros personales del mundo económico y social y, en algunos momentos, sin distancia de seguridad ni con mascarilla en el rostro?