El coraje de una abuela. Fue una anciana de Cetraro, preocupada por la vida de su joven sobrino que cayó en la vorágine del consumo de cocaína, quien inició las investigaciones que han permitido atrapar a 33 mafiosos, en el marco del operativo «Katarion».
Fue la frágil pensionista quién denunció todo a los carabinieri.
Y estos, apenas recibir la llamada telefónica clave, iniciaron investigaciones.
A eso se sumó la valiente denuncia de un constructor, acosado por los ‘Ndranghetisti.
Durante la operación fueron detenidos personajes de relumbrón, acusados de tráfico de droga y vinculados todos al clan mafioso calabrés Muto.
El llamado «clan Muto» es una de las numerosas familias que forman parte de la ‘Ndrangheta, la temida mafia calabresa, considerada una de las más poderosas del mundo y cuya principal actividad es el tráfico de cocaína.
«La abuela habló con los carabineros para pedirles que salvaran a su nieto», contó a la prensa el coronel Piero Sutera, comandante del cuerpo de carabineros de Cosenza, en Calabria.
El grupo criminal también estaba involucrado en extorsiones a empresarios que operan en el sector del turismo.
«Muchas personas sufrían por la arrogancia de esos criminales que exigían dinero con amenazas de muerte”.
El fiscal antimafia Nicola Gratteri, citado por el diario Gazzetta del Sud, lleva la acusación en el imponente juicio en curso contra la ‘Ndrangheta, con más de 300 acusados.
Ha explicado que parte del dinero proveniente de las extorsiones sirve para mantener a los miembros del clan que están prisión y a sus familias.
