Un variopinto clan de Capdepera, en Mallorca

El clan gitano se cabrea, cuando les dicen que se pongan mascarillas en la boda y sacude una paliza a los policías

Ni mascarillas, ni leches. Bueno… leches si, porque al final los gitanos se hartaron de dárselas a los dos agentes de la policía municipal.

Fue este Viernes Santo, 3 de abril de 2021, y el incidente tuvo como protagonista al completo a un variopinto clan gitano de Capdepera, en Mallorca.

Todo comenzó cuando desde la recepción de un conocido hotel, ubicado en la calle Isaac Peral de Cala Rajada, se dio aviso de que una familia muy numerosa estaba montando justo al lado una macrofiesta, generando mucho ruido y molestando a los usuarios del complejo hotelero y vecinos de la zona.

Al llegar la patrulla de la Policía Local y recriminar dicha acción a los juerguistas, uno de los cabecillas del clan -viejo conocido de la Policía- comenzó a increpar a los agentes y pegar golpes contra las cristaleras de la recepción del hotel amenazando de muerte al personal laboral del complejo.

Los municipales le pidieron que se pusiera la mascarilla y que depusiera su comportamiento violento.

Lejos de tranquilizarse, el jefe gitano profirió amenazas de muerte e insultos.

No llegaron ni a responder los agentes, cuando estaban ya rodeados por una turba y empezaban a recibir golpes, empujones y patadas a mansalva.

Salieron como pudieron de allí y más tarde, cuando llegaron refuerzos, procedieron a detener al principal alborotador.

En los últimos años, ese barrio se ha llenado de traficantes de droga que campan a sus anchas y siembran el miedo entre los residentes.

Los sindicatos policiales vienen alertando de esta situación, generada en buena medida por las políticas de restricción y destrucción del cuerpo policial por parte del alcalde, el socialista Rafel Fernández.

«Hemos pasado de ser una de las mejores policías a cuatro gatos. El alcalde se está cargando la plantilla y ahora somos 22 para cubrir las 24 horas todo el término municipal del pueblo y sus núcleos turísticos».

Desde la Policía Local exigen al alcalde un aumento de la plantilla y una mayor implicación por parte de la Guardia Civil para controlar el tráfico de drogas de esa zona concreta, vigilar al conflictivo clan gitano y tratar de recobrar el control de una zona que se ha convertido en una ciudad sin ley.

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