El presentador analizó en 'El Horizonte' la creciente violencia entre las bandas juveniles

Iker Jiménez sobre el asesinado con el machete de 60 cm: «Se metió en esto y acabó con su vida»

Actualmente se estima que solo en Madrid hay 2.500 jóvenes que simpatizan con estas bandas

Iker Jiménez sobre el asesinado con el machete de 60 cm: "Se metió en esto y acabó con su vida"
Iker Jiménez PD

La violencia entre bandas juveniles ha tenido un aumento exponencial en los últimos días, aunque siempre ha sido un problema presente y persistente en la sociedad española, el 10 de febrero Iker Jiménez analizó en ‘El Horizonte‘ esta situación con ayuda de dos exmiembros de estas bandas.

Lo de las bandas juveniles, no es cuestión de estigmatizar, lo que no podemos es ocultar un problema, los que han estado en las bandas latinas saben que allí no pasaba nada y que han gozado de cierta impunidad, introducía el presentador.

Son muchos los casos que aparecen en relación con este tipo de violencia juvenil y la preocupación es palpable, los padres temen por la vida de sus hijos y los jóvenes que no forman parte de estas bandas están aterrados.

Al programa acudieron dos exmiembros de bandas latinas, Jenny (de origen dominicano) y Maty (de origen ecuatoriano), quienes a día de hoy viven el día a día en la sociedad fuera de ese mundo; Jenny ha afirmado que en estas bandas las chicas juegan el papel de espías, de ir a la banda contraria y sacar información acerca de dónde están y quiénes son, ya que las chicas tienen más facilidad de llegar a un chico.

«Cuando empiezas te enseña un maestro, que se encarga de explicarte distintas formas de moverte, yo tuve uno que odiaba las armas blancas porque decía que con eso es mucho más fácil que te pillen, usábamos la hebilla del cinturón, cualquier cosa metálica afilada va a hacer daño y la idea era hacer daño» añadió Maty.

La tácticas de reclutamiento de estos grupos consisten en captar la atención de chicos jóvenes influenciables por medio del fútbol que estén teniendo problemas o pasando un mal momento, ya que son más fáciles de reclutar.

«Me invitan a jugar un partido ‘entre amigos’, una y otra vez hasta que un día me dicen, va a ser el cumpleaños de un amigo que juega con nosotros vente, yo fui y en el momento en el que yo fui a ese cumpleaños estaban separados entre los que eran del grupo y los que no eran nadie, ser del grupo te da un poder si sabes obedecer, porque obedecer tiene sus consecuencias y el no obedecer también las tiene» explico Maty

«Yo pasé de ser el chico maltratado a ser yo el que maltrataba».

Las peleas con otras bandas son por trapicheos sobre todo, el que más dinero hace más armas consigue, en función del cargo que ocupe el miembro, este tiene que abonar cierta cantidad de dinero semanalmente, además cada semana o cada dos semanas se suelte tener una reunión a nivel nacional de cada banda, en las que se habla de dinero, cambio de territorios y marcaje de víctimas.

«Por no cumplir las normas te pegaban y tenías que aguantar, pague una cantidad de dinero para poder salir de ese mundo».

Actualmente se estima que solo en Madrid hay 2.500 jóvenes que simpatizan con estas bandas.

Alberto Díaz, director del observatorio de bandas latinas del  Centro de Vida Cristiana explica: observamos que después del confinamiento las bandas realizaron una labor de captación muy grande a través de las redes sociales, al tener mucho tiempo detrás de las pantallas su captación era más fácil.

Un gran problema de esta creciente violencia entre bandas, es que estas bandas reclutan cada vez más menores que realmente no saben en que mundo se meten y cuando quieren salir ya es demasiado tarde, además, asusta la facilidad que tienen los miembros de las bandas para adquirir armas blancas en cualquier ferretería sin ni siquiera tener que identificarse.

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