La conmoción mundial se ha desatado desde que la polaca Julia Wendell anunció urbi et orbi a través de una cuenta de Instagram que es Madaleine McCann, la niña desaparecida en el Algarve portugués en mayo de 2007. Ahora el relato parece encauzarse hacia una resolución ya que los padres de Madeleine, Kate y Gerry McCann, han accedido a hacerse las pruebas de ADN para descartar del todo que Julia sea su hija.
Si la joven polaca es una persona que, de verdad, busca su identidad o una oportunista jugando con un tema tan sensible, es una duda razonable que queda en el ambiente. Máxime cuando en la historia ha terciado Fia Johansson, una particular vidente que siempre ha aparecido en relación con el caso. Johansson, de nacionalidad israelí, en su momento intentó ponerse en contacto con el entorno de los McCann asegurando tener datos fiables sobre el paradero de su hija.
Sin embargo, ni la investigación ni la familia McCann le han dado nunca importancia a esta mujer israelí que sí que, puntualmente, se ha paseado por los medios de comunicación. En 2019 aseguró que en 2023 el caso se resolvería. Con lo que la aparición de Julia Wendell le ha venido como caída del cielo.
La vidente y la joven compartieron por sus redes una videollamada que ha dado más morbo y ruido al asunto. Según algunos medios internacionales, la vidente se ha convertido en la representante para los medios de la joven polaca. Con lo que la sombra de hacer de esto un negocio a costa del interés mediático vuelve a sobrevolar al caso McCainn.
La Policía británica no le da crédito
La Policía británica no se ha pronunciado públicamente sobre esta joven polaca, pero se cree que no le dan crédito. La última actualización importante en el caso se produjo en junio de 2020, cuando la policía de Gran Bretaña y Alemania lanzó una nueva solicitud de testigos después de revelar que tenían un nuevo sospechoso, que luego se reveló que era el pedófilo encarcelado Christian Brueckner. Los fiscales alemanes acusaron en 2022 a Brueckner de tres cargos de violación agravada y dos cargos de abuso sexual de niños entre 2000 y 2017, pero ninguno de los presuntos delitos está relacionado con Madeleine.
Los McCann también emitieron una declaración en ese momento, diciendo que acogieron con beneplácito la nueva información. Dos semanas después, emitieron una declaración adicional en la que negaban los informes falsos de los medios de que había evidencia que sugería que Madeleine había muerto.
