El evento congregó a más de dos millones de personas en la Playa de Copacabana

La policía frustra un atentado bomba en el multitudinario concierto de Lady Gaga en Brasil

Una red de odio planeaba un ataque con explosivos improvisados en pleno show de la diva del pop; la operación policial evitó una masacre dirigida a menores y la comunidad LGBTQIA+.

La policía frustra un atentado bomba en el multitudinario concierto de Lady Gaga en Brasil

La noche que pudo haber sido recordada como la más oscura de la música pop terminó, por fortuna, en una fiesta histórica. Pero la amenaza fue real: mientras Lady Gaga deslumbraba a una multitud de más de dos millones de almas en la playa de Copacabana, la policía brasileña desarticulaba un plan macabro para detonar explosivos improvisados en pleno concierto.

El objetivo de los criminales: causar el máximo daño posible y ganar notoriedad en redes sociales, cebándose especialmente en menores y la comunidad LGBTQIA+.

No es una trama de película: dos detenidos, uno de ellos un adolescente, fueron identificados como los cerebros de una red digital que reclutaba a jóvenes para perpetrar ataques con cócteles molotov y artefactos caseros. El cabecilla, arrestado en Rio Grande do Sul por posesión ilegal de armas, no solo planeaba el atentado, sino que difundía discursos de odio y desafíos violentos a través de internet.

El menor, capturado en Río, acumulaba cargos por almacenamiento de pornografía infantil. El plan, según la policía, pretendía aprovechar el evento masivo para sembrar el terror y viralizar su “hazaña” en redes sociales.

La operación, bautizada irónicamente como ‘Fake Monster’ en alusión al primer álbum de Gaga y al apodo de sus fans, desplegó 15 órdenes de allanamiento en varios estados brasileños.

El despliegue policial fue tan quirúrgico como contundente: 5.000 agentes, drones, cámaras de reconocimiento facial y controles de acceso blindaron el perímetro del show. Gracias a la alerta temprana de inteligencia, se evitó una tragedia de proporciones incalculables.

Resulta escalofriante pensar que, mientras la artista agradecía emocionada a su público por “hacer historia” con ella y saldaba una deuda de 13 años con Brasil, un puñado de fanáticos del odio conspiraba para teñir de sangre la celebración. La policía aún investiga si existen más implicados o conexiones con grupos extremistas, pero el mensaje es claro: la violencia incubada en internet puede saltar al mundo real en cualquier momento, y solo la acción decidida de las autoridades puede evitar que la música se convierta en luto.

En tiempos donde los retos virales y la radicalización digital se cobran vidas de niños y adolescentes, como lamentablemente ha sucedido en Brasil en los últimos años, la sociedad no puede bajar la guardia. El show de Lady Gaga quedará en la memoria como una noche de récords y emoción, pero también como la prueba de que el odio acecha incluso en los escenarios más luminosos. Hoy, la música venció al terror. Pero la batalla continúa.

<meta itemprop=»description» content=»En su última presentación del show Enigma en Las Vegas, en Nevada (EE.UU.), la estrella invitó este 17 de octubre de 2019 a un miembro de la audiencia al escenario.

Cuando la artista saltó a sus brazos, perdieron el equilibrio y cayeron a plomo al suelo desde lo alto del escenario.

Pero poco después Lady Gaga retomó el show y continuó cantando «Million Reasons» con Jack, el fan con el que protagonizó el accidente.

Y muy fresca, aunque magullada, comentó:

«Es increíble, nos amamos tanto que nos caímos del escenario».» />

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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