El nombre de Irini Murtzuku ha irrumpido con fuerza en la crónica negra europea tras su reciente confesión como autora de uno de los casos más estremecedores y complejos de asesinatos en serie de menores registrados en Europa.
A sus 25 años, esta joven griega se ha declarado culpable de acabar con la vida de cuatro bebés, incluidas sus dos hijas biológicas y su hermana menor.
Este caso ha puesto en jaque al sistema judicial y forense heleno, arrastrando a la opinión pública a una mezcla de horror e incredulidad por la naturaleza y el alcance del crimen.
El pasado 7 de julio de 2025, Murtzuku fue detenida tras una investigación que duró más de una década, marcada por errores médicos y policiales.
Su arresto se produjo después de que nuevas autopsias contradijeran las versiones iniciales que atribuían las muertes a causas naturales. Durante su comparecencia ante el fiscal, vestía chaleco antibalas y mantenía la cabeza gacha.
“Me desconectaba y luego no recordaba nada”, declaró ante las autoridades.
Sus palabras han abierto un debate sobre su salud mental, mientras los investigadores siguen profundizando en sus motivaciones y capacidad para distinguir el bien del mal durante los hechos.
Cronología: una década de crímenes invisibles
El primer episodio conocido se remonta a 2014. Con solo 14 años, Irini Murtzuku mató a su hermana pequeña de apenas 18 meses. El suceso fue atribuido entonces a causas naturales por los forenses del hospital de Patras. Sin embargo, años después se ha confirmado que la muerte fue por asfixia. En los siguientes años, repitió el patrón letal con sus propias hijas y con otro menor bajo su cuidado. La investigación actual examina si está implicada en al menos dos muertes más, incluido un bebé fallecido en agosto de 2024 bajo su supervisión directa.
- Todas las víctimas murieron mientras estaban bajo el cuidado exclusivo de Irini.
- Las primeras autopsias fallidas retrasaron la acción judicial hasta que nuevas pruebas forenses revelaron signos claros de asfixia.
- Los episodios ocurrieron tanto en el domicilio familiar como en entornos hospitalarios, donde incluso llegó a intentar matar hasta tres veces antes de consumar uno de los crímenes.
Fallos médicos y forenses: un sistema bajo sospecha
La investigación ha destapado graves negligencias médicas y periciales en Patras. Los informes forenses originales atribuyeron erróneamente las muertes a causas naturales. Solo una revisión exhaustiva permitió descubrir la verdad: hipoxia sin patología previa causada por asfixia mecánica. Estos fallos han provocado la suspensión del servicio forense local y han llevado al gobierno griego a aprobar nuevas medidas para reforzar la investigación de muertes infantiles desde abril de 2025.
La comparación con el caso Roula Pispirigu, otra madre condenada por matar a sus tres hijas, ha reavivado el debate sobre los errores sistémicos dentro del sistema forense griego y la falta de protocolos rigurosos para investigar fallecimientos infantiles sospechosos.
Perfil psicológico: entre la desconexión emocional y el trauma familiar
Las declaraciones públicas y ante las autoridades dibujan un perfil frío y distante. Irini afirma sufrir episodios disociativos tras discusiones familiares intensas: “Me desconectaba mentalmente”, aseguró durante su confesión. Este tipo de comportamiento apunta hacia posibles trastornos psicológicos graves o estados disociativos agudos, aunque aún no se han hecho públicos diagnósticos clínicos definitivos.
- Se especula con antecedentes traumáticos en el entorno familiar.
- Las muertes se producen tras episodios conflictivos o crisis personales.
- La acusada muestra escasa empatía aparente durante sus comparecencias judiciales.
Curiosidades y datos poco conocidos sobre Irini Murtzuku
A pesar del carácter atroz del caso, han surgido detalles personales que ayudan a entender mejor su historia:
- Edad temprana: Cometió su primer asesinato siendo menor, con solo 14 años.
- Contexto hospitalario: Llegó a perpetrar (e intentar) asesinatos incluso dentro del hospital, aprovechando momentos en los que las víctimas se encontraban vulnerables.
- Investigación abierta: La policía todavía investiga otros posibles casos asociados a su entorno.
- Intento contra su expareja: Además de los asesinatos infantiles, intentó asfixiar a su expareja sentimental recientemente.
- Perfil familiar conflictivo: Las discusiones familiares precedían varios episodios violentos.
- Fallo sistémico: El caso ha desencadenado reformas legales urgentes en Grecia para evitar nuevos errores médicos similares.
- Comparación mediática: Ha sido equiparada mediáticamente con otras asesinas en serie griegas recientes.
- Chaleco antibalas: Compareció ante el fiscal protegida debido al riesgo percibido para su integridad física.
- Reacción pública: El caso ha generado debate social sobre salud mental, infancia desprotegida e impunidad institucional.
- Negación parcial: Aunque ha confesado varios crímenes, niega implicación directa en alguna muerte aún bajo investigación.
Este caso sigue abierto y es probable que nuevas revelaciones sigan saliendo a la luz conforme avancen las pesquisas policiales y judiciales.
El impacto social y mediático
La historia de Irini Murtzuku es ya uno de los ejemplos más extremos del fracaso institucional para proteger a los menores vulnerables y detectar a tiempo patrones criminales reincidentes dentro del entorno doméstico. Su perfil psicológico despierta inquietud no solo entre especialistas sino también entre quienes analizan cómo pueden pasar desapercibidos comportamientos tan destructivos durante tanto tiempo.
Los próximos meses serán clave para esclarecer si existen más víctimas ocultas o cómplices inadvertidos en este drama familiar convertido ya en escándalo nacional.
