La decisión de Australia de vetar a Steven van de Velde, jugador neerlandés de voleibol playa, ha desatado un torrente de reacciones en el ámbito deportivo y social.
Este veto se debe a la condena penal que recae sobre él, quien en 2016 fue hallado culpable en Reino Unido por la violación de una niña británica de 12 años, un hecho que tuvo lugar en 2014 durante un viaje al país.
La carrera deportiva del neerlandés, que ha brillado con medallas en competiciones europeas y su presencia confirmada para los Juegos Olímpicos de París 2024, vive a la sombra de un episodio judicial que ha marcado su trayectoria y su imagen pública.
Nacido en Gouda en 1994, Van de Velde comenzó a competir internacionalmente en 2013 y ha conseguido siete podios, además de dos bronces europeos en 2024 y 2025.
Sin embargo, su regreso a la élite tras cumplir condena ha estado rodeado de controversia.
Australia toma medidas: veto y debate legal
El gobierno australiano ha sido claro y contundente.
Al negarle el visado, impide que Van de Velde participe en eventos internacionales dentro del país. Esta decisión se basa en su historial delictivo y se alinea con la política australiana de tolerancia cero hacia los delitos sexuales contra menores. Las autoridades han subrayado que proteger a los jóvenes y mantener la integridad del deporte son prioridades innegociables.
Este veto ha reabierto un intenso debate sobre los límites de la reinserción para quienes han sido condenados por delitos graves. Surge la pregunta: ¿es correcto permitir que un deportista con un pasado así vuelva a representar a su país en competiciones tan significativas?
La controversia cobró fuerza durante los Juegos Olímpicos de París 2024, donde Van de Velde y su compañero Matthew Immers lograron un noveno puesto. El Comité Olímpico Neerlandés tomó decisiones excepcionales, como vetar su alojamiento en la Villa Olímpica y limitar su interacción con la prensa y otros atletas.
Reacciones y contexto internacional
La decisión adoptada por Australia ha resonado en otros países y organizaciones deportivas. En este sentido, el Comité Olímpico Internacional (COI) se enfrenta a peticiones para investigar y revisar sus protocolos de admisión, especialmente tras incluir a Van de Velde entre los participantes olímpicos. El debate se centra en la responsabilidad ética que tienen las federaciones deportivas y cómo deben proteger la imagen del deporte frente a conductas socialmente inaceptables.
Grupos defensoras de los derechos infantiles y asociaciones que apoyan a víctimas han respaldado el veto australiano, exigiendo mayor transparencia y rigor al seleccionar atletas para competiciones internacionales. Por otro lado, hay sectores del deporte que defienden el derecho a la reinserción siempre que se haya cumplido con las penas impuestas y se respeten las leyes vigentes.
Perfil de Steven van de Velde
Steven van de Velde ha mantenido una carrera deportiva destacada pese al estigma que lo rodea. Con formación en psicología por la Universidad de Heerlen, está casado con la jugadora alemana Kim Behrens, quien también brilla en el voleibol playa. Su cuñado es el futbolista Kevin Behrens. A pesar del revuelo mediático, Van de Velde ha llevado su vida pública con discreción; no obstante, su retorno a competiciones internacionales tras cumplir condena sigue siendo objeto de escrutinio.
A lo largo del tiempo ha competido con distintas parejas; en 2024 lo hizo junto a Matthew Immers en La Haya y al año siguiente con Alexander Brouwer en Düsseldorf, logrando medallas de bronce en campeonatos europeos. Su trayectoria incluye una victoria internacional reciente en Chiang Mai durante 2023, además de una participación continua en torneos organizados por la FIVB.
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