Secuestro a plena calle en Carabanchel

Todo sobre la emboscada de película, tiroteo y un mafioso secuestrado en la noche madrileña

El “Niño Juan”, el alunicero más temido de la capital, fue interceptado con violencia por una banda armada que lo secuestró entre coches de lujo frente al Hotel Praga. La Policía sospecha de un ajuste de cuentas entre viejos delincuentes.

Todo sobre la emboscada de película, tiroteo y un mafioso secuestrado en la noche madrileña
“Niño Juan”, alunicero Agencias

El “Niño Juan”, el alunicero más temido de la capital, fue interceptado con violencia por una banda armada que lo secuestró entre coches de lujo frente al Hotel Praga. La Policía sospecha de un ajuste de cuentas entre viejos delincuentes.

La noche del viernes se tiñó de plomo y misterio en Carabanchel. Eran las ocho y media cuando el estruendo de los motores y los disparos heló la rutina de la calle Antonio López. Frente al conocido Hotel Praga, tres vehículos —dos Audi negros, robados y un Maserati— irrumpieron a toda velocidad. En segundos, con precisión milimétrica, cercaron un Volkswagen Golf gris. Dentro iba al volante Juan Manuel G. P., español de 38 años, más conocido en la hampa madrileña como “el Niño Juan”.

Los testigos no daban crédito: encapuchados, armados, gritos, el crujido de los impactos de bala. Al menos quince disparos retumbaron entre los edificios. Los asaltantes abrieron las puertas del Golf, redujeron al Niño Juan y lo obligaron a subir a uno de los Audi. Después, huyeron rumbo a la A‑42, la autovía de Toledo, perdiéndose en cuestión de segundos en la oscuridad de la noche madrileña.

Juan Manuel G. P., vecino de Orcasitas, no era un desconocido para la Policía. Su nombre aparece ligado a una larga lista de golpes sonados y operaciones frustradas. Entre sus historias más extravagantes figura el intento de robo del Palacio de Fontainebleau, en Francia, un plan de película encargado —nada menos— por un capo chino que ofrecía 800.000 euros por piezas de porcelana asiática. Detenido y condenado por la planificación, pasó dos años en una cárcel francesa antes de regresar a Madrid, donde nunca abandonó la órbita del crimen organizado.

Dicen los veteranos de la Brigada de Delincuencia Violenta que “el Niño Juan tiene muchos enemigos y demasiadas cuentas pendientes”. Lo describe como un ladrón audaz, temerario y con más de una traición a sus espaldas. “Le tenían ganas desde hace tiempo”, confiesa un investigador curtido, insinuando que la emboscada fue un ajuste entre viejos socios del delito.

Tras el secuestro, el Grupo XII de la Policía Judicial —especialista en extorsiones y secuestros— se desplegó en el escenario. Los agentes del DEVI reconocieron casquillos, muestras biológicas y grabaciones de las cámaras públicas. Los vídeos de testigos ya circulan entre los forenses digitales que trazan el rastro de la huida. Mientras tanto, la capital murmura y especula: ¿sigue vivo el Niño Juan? ¿O la noche del viernes fue su último golpe?.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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