El único toro de Osborne que aún se encontraba en pie en el País Vasco ha sido derribado en la madrugada pasada por Ernai, una organización juvenil admiradora de los terroristas de ETA y vinculada a EH Bildu.
Este hecho se produjo en la localidad alavesa de Rivabellosa, donde el famoso toro negro, un símbolo publicitario y cultural considerado patrimonio desde 1994, fue serrado en sus soportes metálicos y derribado con cuerdas, tal como muestran las imágenes y vídeos que los activistas compartieron en redes sociales.
Ernai justifica su acción como parte de una campaña contra lo que ellos denominan «españolismo», defendiendo que el toro de Osborne representa un «símbolo españolista que no debe tener lugar en Euskal Herria».
En su comunicado, la organización enfatiza que para lograr «un país sin opresión» es imprescindible alcanzar la independencia.
Además, sitúan esta acción dentro de una serie de actos recientes, como el ataque con pintura roja a la sede del Partido Popular en Bilbao y la retirada de una bandera de España de la Tesorería de la Seguridad Social en Vitoria.
No es la primera vez que Ernai realiza un acto similar. En octubre de 2024, derribaron el último toro de Osborne que existía en Navarra, concretamente en Tudela. Esta acción fue vista como un gesto de rechazo hacia símbolos considerados representativos del Estado español en territorios donde predomina un fuerte sentimiento independentista.
La Ertzaintza llegó al lugar tras el derribo para examinar la zona y la figura caída. Sin embargo, hasta ahora no se han iniciado diligencias penales mientras se espera una denuncia formal.
Este episodio ha suscitado críticas por parte de algunos representantes políticos. Entre ellos destaca el diputado general de Álava, Ramiro González (PNV), quien ha solicitado a EH Bildu que expulse a Ernai por fomentar lo que él considera una «cultura de la violencia» que estaría resurgiendo en Euskadi.
El toro de Osborne fue creado en 1956 como parte de una campaña publicitaria para la marca de brandy Osborne. Con los años se ha convertido en un icono visual reconocido a nivel nacional, relacionado culturalmente con la tauromaquia y con la identidad española. Su retirada del País Vasco representa un capítulo relevante en la lucha simbólica por la identidad y la memoria histórica dentro de esta comunidad autónoma, donde las cuestiones nacionales y las reivindicaciones independentistas tienen una notable presencia tanto social como política.
Este acto se inserta dentro de un clima creciente de tensión en Euskadi.
Las juventudes abertzales llevan adelante una serie de acciones directas que abarcan desde ataques a sedes políticas hasta la eliminación de símbolos españoles en espacios públicos. Aunque EH Bildu ha rechazado oficialmente algunas de estas iniciativas, sus líderes intentan distanciarse públicamente de los actos más radicales justo cuando se avecinan elecciones donde podrían conseguir un respaldo significativo.
El impacto del derribo del último toro de Osborne va más allá del simple hecho físico. Para muchos, esta figura era parte del paisaje cultural que evocaba tradiciones y símbolos nacionales; para otros, representaba una imposición española incompatible con su identidad vasca. La completa desaparición de esta silueta tanto en Euskadi como en Navarra refleja las tensiones persistentes sobre simbología e identidad en regiones con fuerte sentimiento nacionalista vasco.
- El toro de Osborne fue diseñado por Manuel Prieto para Osborne como anuncio carretero.
- En 1994 fue declarado patrimonio cultural y es considerado un ícono nacional.
- En octubre de 2024, Ernai derribó el último toro que quedaba en Navarra.
- El actual derribo tuvo lugar en Rivabellosa, Álava; es el último restante en el País Vasco.
- Ernai vincula estas acciones a su lucha contra el «españolismo» y su deseo por la independencia vasca.
- La Ertzaintza aún no ha iniciado diligencias mientras esperan denuncias.
- Políticos como Ramiro González instan a EH Bildu a expulsar a Ernai por promover violencia simbólica.
Este incidente se suma a una serie continua de actos simbólicos y protestas que ponen de manifiesto la polarización vigente respecto a los símbolos nacionales y las identidades dentro del País Vasco. Un territorio donde las memorias históricas, políticas y culturales siguen siendo campos abiertos a confrontaciones complejas y profundas.
