El despiadado ataque fue registrado por una cámara de seguridad, y gracias a la intervención de la policía, que aparece alertada por un vecino y cuando ha transcurrido más de un minuto de tormento, se arresta al agresor y llevan a la víctima al hospital.
La mujer, paralizada de miedo, no es capaz ni siquiera de escapar y aguanta el aluvión de golpes, puñetazos y patadas, esperando sólo que cese la tortura.