Rastrea las redes de contactos e intenta localizar a otro implicado en el crimen

La Guardia Civil sigue buscando más víctimas de la banda que mató al informático vasco

La Guardia Civil sigue buscando más víctimas de la banda que mató al informático vasco

La Guardia Civil no descansa y mantiene abierta la operación por la muerte del informático de Guecho José Antonio Delgado, de 54 años, cuyo cadáver fue encontrado el pasado domingo por un agricultor en un campo de cultivo entre las localidades de Luceni y Boquiñeni. Por ahora son dos los detenidos —un marroquí con antecedentes por violencia de género, robos y drogas, y una mujer suramericana sin historial delictivo que llegó hace poco a España—, pero los investigadores están convencidos de que en el crimen intervino, al menos, un tercer individuo, según recogen los autores originales de este artículo Pablo Muñoz y Cruz Morcillo en ABC y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.

La razón de que se esté buscando a esa tercera persona es que el «modus operandi» utilizado con José Antonio Delgado —entró en contacto con la mujer a través de la red Badoo, que le prometió un día de pasión, quedó con él y fue desvalijado— fue el mismo denunciado por otros dos hombres también en Zaragoza. Las víctimas dijeron que cuando estaban con la chica fueron atacados por dos individuos que se presentaron de forma sorpresiva. Es decir, actuaban como una banda.

Pero además la Guardia Civil —investiga la UCO y la Policía Judicial de la Comandancia de Zaragoza— cree que puede haber otras víctimas que no han denunciado, avergonzadas por las circunstancias que rodean los hechos. En el caso del ingeniero se trataba de una persona soltera, de modo que no tuvo inconveniente en contar a sus padres, con los que vivía, que había quedado con una chica en Zaragoza. Pero para casados el asunto es más peliagudo. Por ello, los encargados del caso rastrean todas las redes de contactos por si localizan más perjudicados y se revisan los casos de desaparecidos.

La Guardia Civil quiere agotar las 72 horas que tiene antes de poner a los detenidos a disposición judicial. Estaban siendo controlados hace días en la nave de Pedrola donde se ocultaban, pero la publicación el domingo del hallazgo del cuerpo precipitó los acontecimientos. Durante todo ese tiempo no salieron de ese lugar.

En el registro del inmueble se encontraron armas y un objeto contundente, además de otras pruebas que los incriminan en los hechos. «Las investigaciones están muy bien apuntaladas; sólo falta encontrar a ese tercer individuo y algún otro detalle para cerrar el caso policialmente», precisan fuentes consultadas por ABC.

Las pesquisas apuntan a que José Antonio Delgado sufrió una brutal paliza cuando se resistió a que le robaran el coche, un Mercedes. Luego, los criminales, creyéndole muerto le enterraron apresuradamente, cerca de donde vivían, sin percatarse de que aún estaba con vida. Hasta que el domingo el agricultor encontró el cuerpo, desenterrado por animales. La pista clave para la detención fue que los criminales quisieron vender el automóvil de Delgado y para ello se anunciaron en una web. Fue su último error.

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