El preso, que estaba solo en una galería por su peligrosidad, llevaba ocho días en huelga de hambre (y pesaba 108 kilos)

Encuentran muerto en su celda de A Lama al «Hannibal Lecter» español

Encuentran muerto en su celda de A Lama al «Hannibal Lecter» español
Encuentran muerto en su celda de A Lama al «Hannibal Lecter» español ABC

Un preso muy peligroso. Fabrizio Joao Silva, conocido como el «Hannibal Lecter» español ha aparecido muerto en su celda de la prisión de A Lama (Pontevedra), según confirmaron fuentes penitenciarias. Los funcionarios lo han encontrado caído en el suelo y ya sin vida. A falta de la autopsia, todo apunta a una muerte por causas naturales, no a un suicidio. El guineano de 37 años, que ha ido enhebrando condenas y protagonizando ataques a otros presos y a funcionarios en los últimos años, estaba solo en una galería del centro penitenciario, sin contacto con nadie, debido a su extrema peligrosidad y su astucia para preparar todo tipo de asaltos. Estaba considerado el interno más peligroso de España. Llevaba ocho días en huelga de hambre como protesta, aunque la acababa de abandonar y cuando se le hizo un reconocimiento médico esta mañana no se detectó ningún problema. De hecho, la báscula certificó que pesaba 108 kilos, según recoge el autor original de este artículo Cruz Morcillo en ABC y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.

Fabrizio Silva, que llegó a A Lama a principios de 2019 rodeado de inusuales medidas de seguridad, ha provocado incidentes graves en todas las cárceles por las que ha pasado, de ahí que su contacto estuviera limitado incluso con los funcionarios. Sus condenas no se extinguían hasta 2047 e incluyen varios asesinatos. La primera de esas condenas graves (22 años) se le impuso por matar a su novia en Bilbao, en 2004. Más tarde, en 2014, fue condenado a otros 17 años por asesinar a puntapiés y golpes a otro preso en la cárcel de Córdoba. «Es un animal. Por su envergadura y porque es un tipo inteligente, que busca el momento propicio», explicaban a ABC fuentes penitenciarias.

Hace tres años protagonizó uno de sus episodios más salvajes en la prisión de Cádiz. Ocultó un pincho casero en sus zapatos y con él agredió a ocho funcionarios durante un cacheo rutinario. Mandó a los ocho al hospital, a dos de ellos en estado gravísimo. En la cárcel de Morón también utilizó un arma blanca en otro ataque. Después de esos gravísimos incidentes fue trasladado a Teixeiro (La Coruña) donde permaneció completamente aislado hasta principios de este año, cuando se le trasladó a A Lama con el mismo régimen.

Como publicó ABC durante su internamiento en La Coruña, el centro diseñó un cuidado plan para evitar que tuviera contacto con nadie. La comida se le suministraba a través de una puerta metálica, salía al patio solo, se duchaba en su celda y se le controlaba a través de una pantalla. Unas medidas de seguridad extremas para un caso de peligrosidad también extrema. Fabrizio, el Hannibal Lecter, de pincho casero, puntapiés y cabezazos no quería estar solo. Por eso, decía, hacía huelga de hambre. Ha muerto con 108 kilos y 26 años de condenas pendientes.

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