Ni olvido ni perdón. En el sureñoTennessee, cuya capital, Nashville, es la cuna de la música country, los verdugos del estado ‘frieron’ en la silla eléctrica este 5 de diciembre de 2019 al diabólico Leroy Hall Jr.
El tipo, blanco y de 53 años, fue condenado a muerte hace casi tres décadas por asesinar de forma atroz a su exnovia. El miserable la quemó viva en 1991.
Al perverso Hall lo declararon muerto a las 19.26 hora local (01.27 del viernes GMT) tras recibir dos descargas eléctricas en la Institución de Máxima Seguridad Riverbend, según notificó el Departamento Correccional de Tennessee.
Hall eligió la silla eléctrica como método de ejecución frente a una inyección letal, siendo el cuarto reo en poco más de un año que prefiere morir electrocutado en Tennessee.
Ningún otro estado ha hecho uso de la silla eléctrica desde 2013.

Leroy Hall Jr, su exnovia y el coche donde la quemó viva.
Primero, recibió una descarga de 1.750 voltios durante 20 segundos, seguida por una pausa de 15 segundos y una segunda descarga de otros 1.750 voltios en 15 segundos antes de ser declarado muerto.
Hall fue ejecutado por el asesinato de su exnovia Traci Crozier la noche del 16 de abril de 1991. En ese entonces tenían 24 y 22 años, respectivamente.
Semanas antes del asesinato, Crozier había roto la relación con Hall después de cinco años de convivencia.
La noche del asesinato, Hall echó gasolina al vehículo de Crozier estando ella dentro, y después le prendió fuego.
La mujer sufrió quemaduras en el 95 % de su cuerpo y murió horas después en el hospital.
Según un artículo del diario local The Tennessean, los médicos del Hospital Erlanger de Chattanooga, donde murió Crozier, declararon que las quemaduras de la mujer eran las peores que jamás habían tratado.
Una vez detenido, el ahora ejecutado confesó el asesinato y dijo a los investigadores que le prendió fuego a Crozier porque ella no quiso retomar la relación y se burló de él.
Antes de su ejecución, el estado de Tennessee le sirvió a Hall una última cena a su elección, que consistió en un sándwich de carne y queso conocido como «Philly cheestake», dos raciones de aros de cebolla, de postre una porción de pastel de queso y un refresco.
La de Hall fue la tercera ejecución del año en Tennessee y la 21 en todo el país. Desde que la Justicia de Estados Unidos restituyó la pena de muerte en 1976, 1.511 personas han sido ejecutadas, 12 de ellas en Tennessee.