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Encoge el alma la historia de este crío. Hace 19 meses, Vanya Krapivin, un niño ruso, llegó a casa del colegio y se encontró a su madre, Natalia Krapivina, tirada en el suelo llena de sangre, y a su vecino, Roman Pronin, atacándola con un cuchillo para violarla.
Sin pensarlo, el chaval, que acababa de cumplir 16 años, cogió una pesa de 3 kilos que tenía por casa y comenzó a golpear al agresor, pero este consiguió quitársela y loa usó con reiteración para machacarle la cabeza.
Fueron los vecinos los que, al escuchar los gritos y llantos, llamaron a la Policía.
Sin embargo, el agresor, de 37 años, huyó antes de que los agentes llegara, pensando que los había matado a ambos. Madre e hijo estaban inconscientes en el suelo de la casa.
El adolescente estuvo en coma durante nueve meses.
La agresión le provocó fuertes daños cerebrales que ahora le han llevado a la muerte, informa «Daily Mail».
Las lesiones provocadas por la brutal paliza que el joven recibió al defender a su madre hicieron que los médicos le tuvieran que extirpar parte del cerebro.
Al año, sin embargo, mostró signos de mejoría leve y poco a poco comenzó a reconocer a la gente y a comer.
Pero el pasado octubre pilló la gripe, y fue empeorando, hasta que murió este 3 de diciembre de 2019.
El asesino de este niño ya había sido previamente condenado por otros delitos. Ahora, tras la muerte de este joven, se enfrentará a la justicia por matarle.
Las autoridades investigan además por qué se le permitía vivir cerca de niños teniendo antecedentes penales.