Violarlo con un palo. Ese fue el castigo que un padre de 50 años implementó a su propio hijo en Arkansas (Estados Unidos) por comerse un trozo de tarta sin autorización. Ahora tendrá que rendir cuentas ante la justicia tras haberle causado la muerte debido a una complicación generada por el método de tortura. Uno de tantos, ya que él y su mujer sometían al niño a frecuentes torturas, entre ellas sacarle dientes con unos alicates.
Mauricio Alejandro Torres (que se declara inocente de asesinato y malos tratos) ya fue condenado a muerte por este crimen en 2016. No entró a prisión debido a un defecto técnico (relacionado con cuestiones de jurisdicción, ya que los hechos sucedieron en el Estado de Missouri y no en Arkansas) lo que ha obligado a repetir su juicio.
Su mujer, Cathy, fue condenada por asesinato a cadena perpetua, tras confesarse culpable.
Según testificó la hermana de la víctima, los padres golpeaban al pequeño con frecuencia y la obligaban a ella a hacerlo; le frotaron con lejía en una ocasión, le obligaban a dormir en un cubo de basura y le sacaron dientes con unos alicates, entre otros abusos.
La agresión fatal se produjo cuando la familia se encontraba de camping en Missouri. Cuando el niño se comió un trozo de pastel sin permiso, su padre le violó con un palo a modo de castigo y le obligó a hacer sentadillas con el objeto aún en su cuerpo.
La madre, entonces, lo empujó hacia abajo, contra el palo, causándole graves heridas. Finalmente, el pequeño murió de un shock séptico cuando estas se le infectaron.