Atraía a víctimas de entre 15 y 26 años con tendencias suicidas a través de la red social

Takahiro Shiraishi, el ‘asesino de Twitter’, condenado a morir en la horca por 9 crímenes

El cadalso es una habitación de madera, con las cortinas azules; allí atarán a una cuerda alrededor de su cuello y luego lo dejarán caer en la habitación con baldosas grises que hay debajo

Takahiro Shiraishi, el 'asesino de Twitter', condenado a morir en la horca por 9 crímenes
Takahiro Shiraishi. PD

Takahiro Shiraishi, que guardaba los cuerpos despedazados de sus víctimas en neveras, no refutó durante el juicio los nueve cargos de asesinato. Se limitó a afirmar: «son todos correctos».

Los abogados del criminal, que acab de cumplir 30 años, habían pedido que los cargos se redujeran a “asesinato con consentimiento”, lo que sólo conlleva una pena de entre seis meses y siete años de prisión, alegando que las víctimas consintieron en ser asesinadas.

Pues ni leches: ha sido condenado a muerte este 15 de diciembre de 2020 martes por un tribunal de Tokio y será ahorcado.

Durante el juicio, celebrado el pasado octubre, llamó la atención que el propio Takahiro Shiraishi, desmintiera la versión del ‘consentimiento’ que intentaba acolar su abogado..

“Había marcas en la parte posterior de la cabeza de las víctimas. Significa que no hubo consentimiento y lo hice para que no se resistan”.

Shiraishi manifestó que cortó los cuerpos en el baño y en su habitación se halló una sierra.

En la mañana de Halloween de 2017, la policía descubrió en la casa de Takahiro Shiraishi nueve cuerpos desmembrados en no menos de 240 trozos de hueso escondidos en neveras y cajas de herramientas, espolvoreados con arena para gatos para intentar ocultarlos.

El hombre es sospechoso de haber atraído a víctimas de entre 15 y 26 años con tendencias suicidas a través de Twitter diciéndoles que podía ayudarles en sus proyectos o incluso morir a su lado.

La policía arrestó a Takahiro Shiraishi hace tres años mientras investigaba la desaparición de una mujer de 23 años que supuestamente tuiteó que quería suicidarse.

Después de la desaparición de la joven, su hermano habría conseguido conectarse a su cuenta de Twitter y detectado un nombre de usuario con mensajes sospechosos.

El cadalso donde ahorcaran a Takahiro es una habitación de madera, con las cortinas azules.

Allí le atarán una cuerda alrededor de su cuello y luego lo dejarán caer en la habitación con baldosas grises que hay debajo.

La pena de muerte en Japón

El sistema japonés tiene una especie de guía de sentencia mediante la cual basan su criterio para llevar a una persona a la ejecución.

Aunque técnicamente no es un precedente, esta guía de 1983 ha sido seguida por todos los casos capitales posteriores.

Los nueve criterios serían:

  1. Grado de crueldad
  2. Motivo
  3. Cómo se cometió el crimen: especialmente la forma en que la víctima fue asesinada.
  4. Resultado del crimen; especialmente el número de víctimas.
  5. Sentimientos de los familiares en duelo.
  6. Impacto del crimen en la sociedad japonesa.
  7. Edad del acusado (en Japón la mayoría de edad está en 20 años).
  8. Registro criminal anterior del acusado.
  9. Grado de remordimiento mostrado por el acusado.

En realidad, la cantidad de víctimas asesinadas es el criterio más importante para la imposición de la pena de muerte.

Una sentencia de muerte dictada por un solo asesinato (condenas previas incluidas) se considera “extraordinaria”.

En Japón, y de acuerdo a sus leyes, la pena de muerte debe ejecutarse dentro de los seis meses posteriores a la falta de apelación final del preso por orden del Ministro de Justicia.

Sin embargo, el período que solicita un nuevo juicio o el indulto está exento de esta regulación. Por tanto, se produce una especie de vacío en la práctica.

Los presos suelen estar en el corredor de la muerte entre cinco y siete años, aunque una cuarta parte de los presos han estado en el corredor de la muerte durante más de diez años.

Para algunos, la estancia ha durado más de 30 años.

El corredor de la muerte y la ejecución

Los condenados a muerte japoneses están encarcelados en los centros de Tokio, Osaka, Nagoya, Sendai, Fukuoka, Hiroshima y Sapporo.

El sistema de justicia japonés y las instalaciones en las que están encarcelados no se conocen como prisiones, y los reclusos carecen de muchos de los derechos otorgados a otros prisioneros japoneses.

En la práctica, los reclusos pasan los días en confinamiento solitario y tienen prohibido comunicarse con sus compañeros de otras celdas.

Se les permite dos períodos de ejercicio a la semana, no se permiten televisores y solo pueden tener tres libros. Además, los prisioneros no pueden hacer ejercicio dentro de sus propias celdas. Las visitas a la prisión, tanto por miembros de la familia como por representantes legales, son infrecuentes y están estrechamente supervisadas.

La orden de ejecución llega firmada por el Ministro de Justicia. Una vez que se firme la aprobación final, la ejecución tendrá lugar en un máximo de cinco días.

La pena de muerte se lleva a cabo en una cámara de ejecución especial donde el preso terminará colgado.

Un punto muy importante, y motivo de quejas internacionales, ocurre cuando se ha emitido una orden de ejecución.

El preso condenado lo sabe únicamente horas antes de su ejecución.

Entonces tiene la posibilidad de elegir la última comida. La familia y los representantes legales del preso, y también el público en general, son informados cuando ya ha sido ejecutado.

El método de ahorcamiento es a través de una cuerda larga que provoca una muerte rápida por fractura de cuello.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído