Puede ser tranquilamente el suceso más bestia en este verano de 2021 en España.
Ha sucedido en la localidad catalana de Cambrils y el protagonista, para aumentar lo tétrico, es un menor: el joven de 17 años se volvió loco con el trabajador de un hotel cuando intentaba contenerlo por un ataque de ira y, leen bien, le arrancó los ojos.
El empleado del Hotel El Dorado de Cambrils, de 62 años, fue agredido con una violencia que cuesta trabajo creer: golpeado sin parar, puñetazos y patadas, hasta que la víctima cayó al suelo y el menor le arrancó los ojos. Algo que cuesta trabajo de imaginar hasta mecánicamente.
Cuando los agentes de los Mossos llegaron tuvieron igualmente que desempeñarse a fondo para reducir al joven, que golpeó a uno de ellos con un cabezazo en la nariz y trató de robarle el arma reglamentaria. Da para un capítulo de una serie como mínimo.
La madre del menor en cuestión fue quien dio el aviso a la Policía porque podía estar sufriendo un brote psicótico, aunque el joven no padece ninguna enfermedad mental diagnosticada y acumula cuatro episodios violentos desde el pasado mes de marzo. El empleado agredido está con un pronóstico grave en el hospital y el joven ha sido acusado de homicidio en grado de tentativa.
