La Fiscalía rebaja la petición de prisión al no poder demostrar la alevosía

‘Crimen de la cabeza de Castro Urdiales’: culpable de homicidio con agravante de parentesco

Carmen Merino, culpable para el jurado popular de decapitar a su pareja Jesús María Bastante por motivos económicos

Carmen Merino ante el Juez.
Carmen Merino ante el Juez.

Finalmente, Carmen Merino ha sido declarada culpable por el jurado popular en el conocido como ‘crimen de la cabeza cortada de Castro Urdiales’. No ha sido sin sobresaltos ya que el viernes el Jurado Popular (ocho mujeres y un hombre) pararon la deliberación para solicitar al magistrado Agustín Alonso, presidente de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria, que les aclarase un concepto y cambiara uno de los puntos del objeto de veredicto.

Lo nueve miembros del jurado han encontrado culpable a Carmen Merino del delito de homicidio con agravante de parentesco. Lo cierto es que no se ha podido probar que drogara a Jesús María Bastante con Diazepam con lo que no puede existir a alevosía como añadido. Por este motivo la Fiscalía ha rebajado la petición de 25 a 15 años de prisión. Por su parte, la defensa de Carmen Merino pide que se rebaje a doce años y medio de prisión solicitando que no se tenga en cuenta el agravante de parentesco.

Para los miembros del jurado lo más determinante han sido las extrañas búsquedas que Carmen Merino realizó en Google: «¿Cuánto tarda en descomponerse en cadáver?»; «¿Cobro la pensión si mi marido desaparece?». Por otro lado, también encuentran probado que entregó la cabeza seccionada de su pareja Jesús María Bastante a una vecina en una caja y que ésta la abrió unos meses después. Las huellas encontradas en el cráneo han sido claves para el veredicto del jurado. Además, asumen al igual que la Fiscalía y la acusación particular que el motivo del crimen fue económico quedando probado que la sevillana tenía varias deudas y créditos y necesitaba dinero.

Tras ser encontrada culpable por el Jurado Popular, Carmen Merino, que lleva tres años de prisión provisional en la cárcel de El Dueso, está a la espera de la sentencia dictada por el magistrado.

Una historia macabra

Todo este asunto comenzó hace más de tres años, en febrero de 2019 cuando Jesús María Baranda a los 67 años de edad desapareció en la localidad cántabra en la que residía junto a su pareja Carmen Merino, una mujer sevillana que unos años antes se había trasladado al norte para convivir con Baranda con el que inició una relación sentimental. Pocos días después de perderse la pista de Baranda, su pareja entregó a una amiga una caja. Según declararía la mujer, Carmen le pidió guardar una casa llena de «juguetes sexuales» ante la vergüenza que le suponía que esta fuera descubierta por los miembros de la Guardia Civil ante la inspección ocular que iban a realizar en la casa de la pareja en el marco de la investigación por la desaparición de Jesús Mari.

Fue la familia del desaparecido quien comenzó a sospechar de Carmen. En concreto un primo de Baranda, Carlos Ricondo que Jesús María había dejado un testamento en el que Carmen era la mayor beneficiada. Además, Carmen no denunció la desaparición sino que fueron los familiares de Baranda los que, hartos de poder comunicar con él, llamaron a la sevillana quien les aseguró que Jesús María se había ido de viaje con unos amigos a Galicia y que no contestaba al móvil porque se le había roto y aún no había comprado otro.

Carmen Merino.

Carmen Merino.

Pocas días después, los familiares comenzaron a recibir mensajes enviados supuestamente por Jesús María desde un nuevo teléfono móvil. Según fuentes de la investigación era la propia Carmen quien escribía estos mensaje y lo que buscaba era ganar tiempo. “Hola primo, no te preocupes por mi, Esto es muy bonito, cuando vuelva voy a llevar a Carmen”Este fue uno de los mensajes que recibió Rincondo y así lo contó en en una entrevista en El Periódico. Según su relato, él contestó pidiendo a supuesto familiar un mensaje de voz para saber que era él y acabar con sus preocupaciones. Tal y como esperaba no recibió nunca ese mensaje y decidió acudir a la Guardia Civil.

Además, meses más tarde se descubrió que Carmen había contratado en febrero de 2019 a dos limpiadoras para que les ayudara a deshacerse de unas bolsas de basura que contenían tierra de macetas y que, al encontrarse ella mal del lumbago, no podía llevar a la basura. Según declararon a fuentes de la investigación estas trabajadoras, trasladaron en coche las bolsas, que indicaron como de «color negro y muy pesadas», a un ‘punto limpio’.

Un cráneo en una caja de ‘juguetes sexuales’

El 28 de septiembre de 2019, la vecina de Carmen que guardaba la famosa caja con ‘juguetes sexuales’ hizo limpieza en su casa ante el fuerte olor que salía de uno de sus armarios. Al abrirlo se encontró con la caja de una de su amiga que ya había olvidado. Identificó que el olor provenía de allí y al abrirla se encontró con nueve bolsas de basuras y debajo vio una cabeza cuyos tejidos blandos habían desaparecido y sólo quedaban los ojos. El shock para ella fue brutal y hubo de ser atendida por una ambulancia. Este hallazgo fue el inicio del final de la red de mentiras de Carmen que fue detenida por la Guardia Civil y el juzgado correspondiente la envió a la cárcel de El Dueso como prisión provisional.

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