Se confirma lo peor. Las pruebas de ADN han corroborado que el pie y el torso hallados en el vertedero de Toledo pertenecen a Ángel, de 11 años, el menor de los primos desaparecidos en Carabanchel (Madrid).
Días antes se encontró el cuerpo de su primero Fernando, de 17 años, en el mismo vertedero.
Muchas son las teorías que se han construído en torno a la marcha de los dos primos desde Madrid y su llegada a Toledo y su fallecimiento. Se cree que Fernando viajó hasta la ciudad castellano-manchega para visitar a su exmujer, una chica también de 17 años.
Los dos menores desaparecieron el pasado 10 de diciembre de 2022 y desde el primer momento las familias de ambos dieron las voz de alarma e intenteron movilizar a la sociedad. Su último rastro se situó cerca de la Glorieta de Marqués de Vadillo, en la capital de España, y no se descartaba ningún paradero en su huida. Ambos menores eran del barrio madrileño de Carabanchel.
El cuerpo de Fernando fue hallado en el citado vertedero de Toledo el 21 de diciembre de 2022 y se tardó unos días en confirmarse que se trataba del menor de 17 años. Días después, ya en las primeras jornadas de 2023, se encontraron restos que ahora se han confirmado pertenecían a Ángel, de 11 años.
Guerra familiar
Ambas familias siempre han mantenido la teoría de que tras la desaparición había tereceras personas. En concreto el padre de Fernando ha señalado públicamente, desde el programa Cuatro al día (Cuatro), a la familia de la exmujer de Fernando y han pedido a la Policía que investigue los edificios de okupas en los que residían la familia de la joven. Éstos han abandonado el lugar donde pernoctaban por miedo a las represalias tras el llamamiento que hizo a través de televisión el padre de Fernando. La Policía ha seguido esta pista pero en sus investigaciones en el lugar donde residían no ha trascendido nada importante para la resolución del caso.
Problemas para la investigación
Otro de los objetivos de la investigación es reconstruir cómo fueron las últimas horas de los menores desde que salieron de Carabanchel hasta su muerte y acabar en el vertedero de Toledo. Las últimas imágenes de ellos se deben a las cámaras de seguridad de la estación de autobuses de Toledo. El problema para la investigación es que ninguno llevaba un teléfono mólvil encima lo que dificulta la triangulación para trazar con certeza la ruta que siguieron.
