Masacre en Alemania.
Un ataque contra un centro de Testigos de Jehová en la ciudad alemana de Hamburgo en la noche del 9 de marzo de 2023 se saldó con el asesinato de seis personas, amén de varios heridos.
El autor del atentado fue hallado sin vida minutos después en una azotea de un edificio cercano al lugar de la masacre en el barrio de Gross Borstel.
Las autoridades, a pesar de que quienes presenciaron los hechos hablan de un «baño de sangre y de escenas terroríficas», prefieren rebajar el diapasón y quieren vender la idea de que se trata simplemente de un hecho aislado.
?ÚLTIMA HORA
Al menos seis muertos y varios heridos tras un tiroteo en la ciudad alemana de Hamburgo #Horizonte pic.twitter.com/1r6l8CYldi— Iker Jiménez (@navedelmisterio) March 9, 2023
De hecho, la Policía dijo en un comunicado que:
No hay información confiable sobre el motivo del crimen y reclamamos a la ciudadanía no compartir suposiciones ni difundir rumores.
El alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher, mostró su consternación ante el múltiple atentado y definió de «horroroso» lo ocurrido en su localidad.
A la par, el edil hamburgués anunció a los medios de comunicación que «las fuerzas de seguridad trabajan intensamente en la aclaración de lo sucedido.
El canciller alemán, Olaf Scholz, condenó el ataque a través de las redes sociales y lamentó este «acto de violencia brutal».
Asimismo también mostró todo su afecto a los fallecidos, heridos y sus familias.
Por su parte, el senador regional de Interior, Andy Grote, confirmó poco después el despliegue de fuerzas especiales en la zona y reconoció que la policía no tenía «informaciones claras» sobre las causas del tiroteo.
Un grupo religioso que es objetivo de los criminales
No es la primera vez que los Testigos de Jehová son objetivo de un acto violento en Alemania.
Según informa El Mundo, hace unos años, un pensionista tuvo que responder ante el Tribunal Regional de Bielefeld por intento de asesinato.
El hombre, de 83 años y natural de Halle (Westfalia), entró presuntamente en una sala de oración de los Testigos de Jehová en Bielefeld el 30 de julio de 2009, llevando una máscara y armado con una metralleta, con el fin de disparar al mayor número posible de las 81 personas presentes.
Al comienzo del juicio, el acusado pidió disculpas. Lamentaba profundamente haber causado un susto tan grande. Además del subfusil, el encapuchado de 83 años llevaba tres cargadores completos, una espada samurái y un cuchillo, según la acusación. El hecho de que no se produjera un baño de sangre esa noche se debió probablemente a un defecto técnico de la pistola. Según la acusación, el hombre no consiguió cargarla.
En sus documentos personales, los investigadores descubrieron más tarde pistas sobre el motivo de la masacre supuestamente planeada: el hombre había escrito que quería vengarse de los Testigos de Jehová porque habían alejado a su hija de él. Según la acusación, también desaprobaba profundamente la interpretación que los Testigos de Jehová hacían de la Biblia.
Al parecer, la ira contra la comunidad religiosa de Bielefeld era de carácter general. Según la investigación, no existen conexiones entre la congregación y la hija del acusado.
