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Las 3 hermanas norteamericanas habrían fingido la violación grupal de los afganos para cobrar un seguro

Las 3 hermanas norteamericanas habrían fingido la violación grupal de los afganos para cobrar un seguro
Mohammad, Johannes y Sayed, los tres estudiantes afganos denunciados por violación. PD

El caso de la ‘violación grupal’ de tres jóvenes afganos a tres hermanas norteamericanas ha dado un giro espectacular.

De investigarse una presunta violación, se ha pasado a investigarse a fondo una posible denuncia falsa.

La polémica violación en Murcia a tres hermanas norteamericanas podría tratarse de un intento por estafar a un seguro.

Las declaraciones contradictorias de las chicas y las pruebas forenses han demostrado que no hay rastro de agresión sexual que había ocurrido en Nochevieja, aunque sí hay evidencia de que las jóvenes mantuvieron relaciones sexuales con los afganos.

Las jóvenes, de 18, 20 y 23 años, conocieron a los jóvenes durante una fiesta y, después, aceptaron subir a la vivienda de ellos.

Una vez ahí, afirmaron que fueron acorraladas y que dos de ellas habían sido violadas vaginalmente.

Sin embargo, ahora la investigación se está planteando la opción de que las tres hermanas mantuvieron relaciones consentidas con los chicos y después presentaron una denuncia aparentemente falsa.  

Los defensores de los afganos argumentan su decisión con una grabación donde los chicos las acompañaran amablemente a la estación de autobuses al día siguiente:

«Se ve cordialidad, amabilidad y una situación de despedida normal, como si no hubiera pasado nada, todo normal».

Eso dice Melecio Castaño, abogado de los acusados.

Un de las chicas estadounidenses, la hermana que viajó en septiembre desde Ohio a la Región de Murcia, con el objetivo de aprender español a través de una beca de intercambio universitario, antes de volar a España contrató un seguro de viaje que incluye una cláusula de agresión sexual.

Las dudas de la Policía española comenzaron casi desde el principio.

UUno de los agentes contactó con una de las hermanas para recabar más información para proseguir con la investigación y la chica le dijo que no podían volver a prestar declaración porque estaban en el aeropuerto de Alicante a punto de volar a Viena.

Es decir, el 2 de enero, justo un día después de denunciar que habían sido víctimas de una presunta violación, estaban embarcando para abandonar suelo español.

El objetivo era irse a la capital austriaca a pasar unos días con un Erasmus con el que la hermana becada había hecho amistad durante el tiempo que habían compartido piso en el Barrio de Santa Eulalia en Murcia.

Otro dato que indujo a la sospecha fue la abrupta forma en la que acabó la conversación: «Cuando la chica confirmó que había contratado el seguro y el agente le preguntó por el nombre de la compañía para recabar información sobre la póliza, la joven colgó el teléfono».

Una conducta poco usual para una víctima que quiere colaborar con una investigación policial.

También llamó la atención el estado en el que llegó a la Comisaría de Murcia la chica que denunció la agresión sexual de Nochevieja:

«La hermana que vino sobre las doce del mediodía del 1 de enero a denunciar la violación olía mucho a alcohol».

Después de pasar por el correspondiente examen médico en el Hospital Virgen de la Arrixaxa, las tres norteamericanas regresaron a prestar declaración a la Comisaría y mientras cada una aguardaba su turno para testificar «se comieron un menú del McDonald».

Otra cuestión no menos llamativa fue el hecho de que cuando las hermanas, de 18, 20 y 23 años, conocieron a los afganos en el local de copas se fueron con ellos por tandas, voluntariamente y las agresiones sexuales ocurrieron supuestamente en dos pisos.

Es decir, primero la joven becada se marchó con uno de los adolescentes al inmueble que había alquilado en el Barrio de Santa Eulalia en Murcia, y después, sus dos hermanas se marcharon con los otros dos chicos al piso de uno de ellos.

Las hermanas han vuelto a Estados Unidos y no han hecho caso a ningún requerimiento judicial, por lo que «se puede decir que han huido» prosigue el abogado.

Los tres jóvenes afganos siempre defendieron su inocencia y ahora termina para ellos este proceso que les ha privado, entre otras cosas, de continuar sus estudios universitarios.

Desde hace años las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detectado que turistas interponen denuncias falsas para obtener de manera ilícita la prima económica contemplada en la póliza y con la devolución de los costes del viaje. Casos como estos son frecuentes en zonas turísticas como Palma de Mallorca o la Costa del Sol.

Este 15 de enero de 2020, el diario La Verdad de Murcia publicó que las tres hermanas estadounidenses que aseguraron haber sido violadas por tres jóvenes afganos en la madrugada de Año Nuevo habían contratado un seguro con el que recibirían una indemnización si en su estancia en el continente europeo eran víctimas de un delito sexual.

Los seguros «antiviolación» se contratan dentro de pólizas más amplias que cubren eventualidades durante un viaje, desde gastos sanitarios, accidentes o robos. En caso de agresión sexual, la compañía indemniza a la víctima con una cantidad de dinero que cubra la atención psicológica y un billete de vuelta para repatriar a la víctima. «La indemnización no es como la de un accidente de coche. Suelen ofrecer asistencia médica y psicológica», según explica Katia Estace, directora de Aon Travel, broker de seguros.

Contratar seguros especiales en caso de violación no es habitual en España, pero en la cultura anglosajona sí existen cláusulas especiales.

«Jamás nos han pedido una garantía de este tipo», asegura Estace. Al menos en España los seguros no discriminan la razón por la que necesitas asistencia, «si necesitas que te atienda un médico da igual si es porque te has roto una pierna o porque has sufrido una agresión sexual. La cobertura la vas a tener igualmente y se van a cubrir los gastos médicos».

Además, desde SOS International señalan que «para residentes que hayan contratado su seguro en España, sí existe la cobertura de asistencia jurídica en caso de ser víctima de algún delito durante el viaje».

Investigadores de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado advierten de que es difícil probar que se trata de denuncias falsas de las turistas para recibir una indemnización.

Este problema también ocurre con otros intentos de fraude a empresas aseguradoras. La directora de Aon Travel recuerda la época en la que «se puso de moda» entre los turistas ingleses demandar a los hoteles por supuestas intoxicaciones. «También ocurre que algunas personas que reciben sesiones de masajes en los hoteles y luego denuncian que el masajista había realizado tocamientos», destaca.

Estace afirma que, normalmente, las agencias de viajes y hoteles «prefieren pagar la suma que piden los clientes por no verse envueltos en un escándalo y se salen con la suya porque saben que tienen un seguro de responsabilidad civil».

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