Como para fiarse y no correr, que dice el refrán. Pasó en Londres, pero puede ocurrir aquí o en cualquier sitio, porque los cacos aprenden a toda leche.
En la grabación se puede ver cómo uno de los maleantes, que va encapuchado, se introduce en el jardín delantero del chalet, donde se encuentra el vehículo, llevando consigo una mochila de la que sobresalen cables.
Después de sostener por unos segundos un cable en el aire, con sus brazos levantados, las luces del coche se encienden y de inmediato un compañero abre sin problemas la puerta, tras lo cual ambos huyen con él a toda pastilla.
¿Cómo lo han logrado en tan poco tiempo?
Muy sencillo. Los mandos de vehículos sin llave emiten una señal de radio de corto alcance. Cuando el coche está a pocos metros, reconoce esa frecuencia y abre sus puertas.
Aprovechándose de ese mecanismo, uno de los ladrones se coloca junto al mismo con un transmisor, mientras un cómplice intenta captar las ondas que emite el mando electrónico.
De esta manera es posible abrir casi de inmediato un Tesla o cualquier otro vehículo que tenga apertura de proximidad, explica el Dailymail, poniendo otro ejemplo, en el que los delincuentes utilizan una tablet para ‘pillar’ la señal con el código: