Como una jauría de hienas. Y chulos porque se consideran impunes.
Pensarán y con motivo estos facinerosos que, si la juez ha puesto en libertad a los dos marroquíes adultos que drogaron, violaron y torturaron en Baleares durante 13 horas a una chica española de 19 años, a ellos poco o nada les va a pasar.
El centro de Madrid fue escenario de un violentísimo atraco en la madrugada del 28 de agosto de 2021, que tuvo como principal perjudicada a una chica joven.
Una banda de alrededor de diez personas, todos marroquíes, la atacaron a ella y a un par de amigos con los que transitaba por Sol para robarles.
Fue tal la golpiza que les dieron, que la muchacha perdió varios dientes y quedó ensangrentada en la calle.
Fuentes policiales indican en este tramo final de septiembre que ya son seis los delincuentes detenidos, todos mayores de edad, aunque los testigos indicaron que había otros menores de edad.
Un final de fiesta trágico
Las víctimas regresaban por Sol de pasar una noche divertida cuando los ladrones se enfrentaron a ellos. Era un atraco en toda regla. La chica se resistió y les robaron un reloj y un teléfono móvil.
Lo consiguieron tras darles una golpiza monumental. Un vigilante de Metro que estaba librando y paseaba por la calle del Arenal vio acercarse corriendo a varios magrebíes en sentido Ópera, calculó.
En cuanto le vieron, tomaron a la carrera la calle de las Hileras: la gran musculatura del guardia, a quien probablemente reconocieron de las andanzas de los cacos en el suburbano, les llevaron a cambiar el rumbo.
Más adelante, el hombre vio a dos chicos, amigos de la principal víctima, gritando: «¡Policía, Policía!».
Uno de ellos presentaba una brecha sobre una ceja, que estaba rota.
A la altura de los números 24-26 de Arenal, vio a la chica, en el suelo, junto a un portal. Sangraba abundantemente: de los golpes, le habían arrancado al menos dos dientes inferiores y otros más de la parte superior de la boca.
Los médicos del Samur no tardaron en llegar y la trasladaron al Hospital Gómez Ulla.
«La pobre había quedado para que le hicieran una cirugía plástica».
El vigilante telefoneó al 091 y alertó a la Policía Nacional de que había varios atacantes agazapados entre los arbustos de los Jardines de Sabatini.