El miserable no tiene perdón de Dios. Hace apenas un año, una menor de edad fue violada en Morteros, al suroeste de la provincia de Córdoba (Argentina).
Seis meses después, la pequeña, de doce años y con un leve retraso madurativo, se presentó junto a su madre en el Hospital Municipal José Sauret con fuertes dolores de barriga y descubrieron que estaba embarazada.
Bernardo Alberione, fiscal a cargo de la causa, aseguró que «la niña decía que había sido resultado de una relación sexual que había tenido en marzo, durante su cumpleaños», según ha publicado el medio Cadena 3.
Justo después, se emitió una orden para practicarle una prueba de ADN al recién nacido y descubrieron que el bebé es hijo de su padrastro.
El tipejo de 36 años fue detenido y acusado de abuso sexual, pese a que la menor no pudo señalarle como el autor de la violación ni dar explicaciones sobre el momento de la agresión.
En cuanto al acceso del agresor a la víctima, el fiscal sostiene que la madre podría haber facilitado los abusos.
«Tuvo algún grado de conocimiento y participación», ha declarado. No obstante, todavía no se ha tomado ninguna medida judicial contra ella.
Pese a que en estos casos la ley ampara la interrupción del embarazo, la niña quiso tener el bebé.
«En ese momento, nada aconsejaba interrumpir el embarazo. Si lo hacíamos, teníamos a una niña que quería ese bebé y que no lo tiene y una serie de riegos».