Venía precedido de enorme expectación este ‘estreno mundial’ de ‘C(h)oeurs’ la apuesta de Gérard Mortier, actual director del Teatro Real, por una idea de su paisano, el consagrado coreógrafo Alain Platel, de fusionar coros de Verdi y Wagner con la actuación de ‘Les ballets C de la B’, música coral del siglo XIX y danza actual del XXI, en una reflexión sobre la crisis individual y colectiva y el último brote de movimientos callejeros a ambas orillas del Mediterráneo.
El arte puede encontrar las preguntas correctas a esta crisis; no se van a encontrar en la política ni en los medios. Pero la indagación que se estrenó ayer fue un espantoso fracaso que sólo aporta confusión y pena. Pocas veces se ha visto un balbuceo tan lamentable en un escenario tan magnífico.
Su gran mérito reside en mostrarnos crudamente lo desnudo que está el emperador cultural mientras muchos discuten sobre sus ropajes. No obstante y dicho lo cual, todo aquel que se interese por el pulso vital de nuestra época debería pasar el trago.
Platel ha querido reflejar ‘la tensión entre el poder del grupo y la fuerza interior del individuo’. El grupo está representado por 72 componentes del Coro Titular del Teatro Real (Coro Intermezzo) que además de cantar actúan como figurantes de una masa que se agita, que enarbola pancartas, que sube a la platea y se tira por los suelos.
El individuo lo plasman una decena de actores-bailarines de la compañía belga que se presentan como seres deformes, tullidos, temblorosos, agonizantes, espasmódicos, torturados y dolientes en una coreografía tan horrible, tan deformante del ser humano, que sólo la faltan vómitos y defecaciones en el escenario. Y el futuro son dos niños actores que masa e individuos se disputan en divagaciones tediosas, irritantes, repetitivas y vacías.
La música la aportan -muy probablemente se negarían en caso de salir de la tumba-, los dos compositores de ópera quizás más admirados de la historia, reducidos a fragmentos, amputados aleatoriamente, corregidos en sus tiempos, ralentizados aquí y allá por la orquesta titular bajo la batuta del director parisino Marc Piollet.
Y el Teatro Real se vuelca en una producción a cuyo estreno estaba prevista la asistencia de directores artísticos de otros teatros y festivales como Bernard Foccoulle (Presidente de Opera Europa), Stéphane Lissner (Scala de Milán), Peter de Caluwe (La Monnaie), Vicent Baudriller (Festival de Aviñón), y Jonathan Mills (Festival de Edimburgo).
Una producción a palo seco, sin escenografía ni complementos teatrales, con la que pretende vestirse de largo o al menos armar bulla en el panorama actual europeo.
¡Bienvenidos a la ópera como medio de conmoción social!, dicen en el blog especial que el Teatro ha creado para el acontecimiento. La sucesión de fragmentos elegidos es apabullante. Comienza con “Dies irae” y “Tuba mirum” de Messa da Requiem de Giuseppe Verdi, que se alterna con Preludio del Acto I de Lohengrin, y Coro de peregrinos y final del Acto III de Tannhäuser, de Richard Wagner, seguidos del “Wach auf!” de Die Meistersinger von Nürnberg.
Tendremos sucesivamente entre interminables caminatas del coro y estertores de los bailarines, “Va pensiero, sull’ali dorate” de Nabucco, “Heil! König Heinrich! Heil!” de Lohengrin, Preludio del Acto III de Die Meistersinger von Nürnberg, “Patria oppressa” de Macbeth, “Parigi, o cara” de La traviata, “O du mein holder Abendstern” de Tannhäuser, Preludio del Acto III de La traviata, “Libera me” de Messa da Requiem, y Preludio del Acto I de La traviata.
Las masas que protagonizaron el siglo XX con sus convulsiones y sus excesos, que fueron usadas y manipuladas por ideólogos de todas clases y vendedores de todas las motos, y que luego fueron domadas con el consumismo, ahora vuelven a agitarse porque la anestesia de bienestar no puede ya asegurarse a base de una producción exponencial y el control del mundo. La masa estaba escondida, viendo la televisión y jugando con el ordenador a ser alguien. La masa podría salir de nuevo a la calle. Y la masa podría llevarnos a otra catástrofe.
Platel y los que como él ocupan el trono tambaleante de la cultura europea no se arriesgan a hacer bajar propuestas de belleza, concordia y excelencia -las únicas propuestas posibles- a ras de calle. Al contrario, suben a la masa bronquista a los escenarios, rinden reverencia al monstruo desbocado, con sus populismo y demagogias trasnochadas. Hacen falta artistas que se levanten desafiando a la fuerza bruta, a las consignas coreadas y a las pancartas insulsas. Que digan Así No, que den ejemplo de la fuerza de la mente, del valor de la persona, del milagro de la vida. Por lo visto Platel no está ni estará entre ellos.
C(h)oeurs, una tontería entre “Chœurs” (en francés, coros) y “Cœurs” (corazones), quiere ‘reflejar el impulso arrebatador de la agrupación armoniosa de un conjunto de voces humanas sobre nuestras emociones’. Pero lo cortacircuita con interminables soliloquios coreográficos de criaturas dolientes y espectrales que vagan por el escenario como ruinas, como agonizantes, como muertos vivientes.
Lo fulmina con esbozos teatrales de pésimo valor añadido, frases con apariencia sesuda y contenido banal a través de micrófonos, recitado interminable de sus nombres y apellidos por los pobrecillos integrantes del coro, reiterada exhibición de pancartas, silencios eternos, inmovilidades provocativas, balbuceos de un montaje que en ningún momento alza el vuelo sobre la vulgaridad y el tartamudeo.
EL MAYOR ESCÁNDALO QUE SE RECUERDA
El estreno fue el mayor escándalo que recordamos en este Real de nuestros dolores y nuestros goces. Dos tímidos intentos primerizos de suscitar aplausos en el trascurso de la función se apagaron pronto. Hubo un pequeño goteo de espectadores descontentos buscando la salida en el que destacó un nutrido grupo de platea al grito de ‘si tuviéramos dignidad nos iríamos todos’. Platel venía preparado para una reacción adversa.
Los abucheos y protestas fueron masivos mientras el acusado y sus cómplices -Piolet y Masperó- arrastraban una y otra vez al coro y los bailarines a saludar como si no estuviera cayendo un temporal de protestas que sólo amainaba para aplaudir al coro y la orquesta, que se convirtió en un pulso entre un puñado de entusiastas y una mayoría de indginados, un pulso que fue debilitándose lenta e irremisiblemente entre una sensación de vacío y tristeza.
El estreno de C(h)oeurs había suscitado cierto interés internacional. El espectáculo podrá ser visto en todo el mundo a través de Internet (www.palcodigital.com) y será posteriormente editado en DVD (coproducción del Teatro Real, Euroarts y 3Sat). Una gira en junio llevará la producción, con el Coro y la Orquesta del Teatro Real, a Alemania, Bélgica y Holanda. Más tarde irá al Festival de Edimburgo (2013), al Teatro de La Monnaie (2013) y al Festival de Viena (2016). Ahora en Madrid, se ofrecerán 10 funciones, del 12 al 26 de marzo, con diez mil entradas fuera de abono entre 7 y 90 euros y un descuento de 90% para menores de 30 años. Mención favorable merece el despliegue informativo en internet a partir de la antigua página del Teatro Real y la creación de un blog especial, amén de otros recursos variados en pro de la promoción del espectáculo.
Fue un desastre ‘epocale’ que diría un italiano. Esperemos que no produzca efectos colaterales. A ver qué opinan por Europa.
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Dirección artística: 4
Dirección musical: 5
Voces: 6
Coreografía: 3
Producción: 5
TEATRO REAL
C(H)OEURS
Un proyecto de Alain Platel con música de Giuseppe Verdi (1813-1901) y Richard Wagner (1813-1883)
Estreno mundial. Nueva producción del Teatro Real en coproducción con les ballets C de la B
PROGRAMA
Giuseppe Verdi “Dies irae” y “Tuba mirum” de Messa da Requiem
Richard Wagner Preludio del Acto I de Lohengrin
Coro de peregrinos y final del Acto III de Tannhäuser
Giuseppe Verdi “Dies irae” de Messa da Requiem (fragmento)
Richard Wagner “Wach auf!” de Die Meistersinger von Nürnberg
Giuseppe Verdi “Va pensiero, sull’ali dorate” de Nabucco
Richard Wagner “Heil! König Heinrich! Heil!” de Lohengrin
Preludio del Acto III de Die Meistersinger von Nürnberg
Giuseppe Verdi “Patria oppressa” de Macbeth
“Parigi, o cara” de La traviata
Richard Wagner “O du mein holder Abendstern” de Tannhäuser
Giuseppe Verdi Preludio del Acto III de La traviata
“Libera me” de Messa da Requiem
Preludio del Acto I de La traviata
Steven Prengels Música adicional
EQUIPO ARTÍSTICO
Director musical Marc Piollet
Director de escena, coreógrafo y escenógrafo Alain Platel
Dramaturga Hildegard De Vuyst
Dramaturgo musical Jan Vandenhouwe
Figurinista Dorine Demuynck
Iluminador Carlo Bourguignon
Director del coro Andrés Máspero
Asistente del director de escena Sara Vanderieck
Asistente de la figurinista Dorothée Catry
Maestros repetidores Miguel Ángel Arqued y Arnaud Arbet
CREADORES E INTÉRPRETES
les ballets C de la B: Bérengère Bodin, Daisy Ransom Phillips, Ido Batash, Juliana Neves Lisi Estaras, Quan Bui Ngoc, Romain Guion, Romeu Runa, Rosalba Torres Guerrero, Serge Aimé Coulibaly.
Coro Titular del Teatro Real (Coro Intermezzo)
Orquesta Titular del Teatro Real (Orquesta Sinfónica de Madrid)
FECHAS
12, 13, 14, 16, 17, 18, 19, 20, 24 y 26 de marzo de 2012
20.00 horas; domingos, 18.00 horas
DURACIÓN APROXIMADA
1 hora y 45 min. (sin descanso)