Fue la bestia negra de la izquierda, el payaso oficial de los medios de comunicación. Ahora, rehabilitado, sonríe de nuevo
Hubo un tiempo muy lejano en el que la sociedad española se planteaba el dilema con parecida pasión a la que enfrentaba a los seguidores de los mejores toreros. Después, Picasso fue beatificado y de Dalí era mejor no hablar. Ahora que el Régimen actual es ya más largo que el anterior, -y con el marchamo francés, que siempre ayuda-, nuestro Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía realiza por fin una gran retrospectiva de la obra del incorrecto y maldito Salvador Dalí con el rebuscado subtítulo de ‘Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas’. Durará cinco meses a partir de este sábado y podría convertirse en la más visitada de su historia. Es enorme, difícil de abarcar de una tirada. Y de ella emerge indiscutiblemente la figura de uno de los más grandes artistas del siglo XX, de un intelectual escéptico que se rió del mundo, de alguien que consiguió lo más difícil, hacer de su propia vida una obra de arte, aún al precio de mil y una tonterías y un sinfín de equivocaciones.
Este gran despliegue daliniano en el último piso del caserón de Savatini quiere abarcar el conjunto casi inabarcable de su obra pictórica, tras tantas exposiciones parciales y dedicadas a aspectos concretos. Dalí fue un curioso impertinente que experimentaba con las últimas aportaciones tecnológicas, obsesionado con los misterios del subconsciente, una persona que al final fue devorada por su mito. Un cuerdo que se hacía el loco, y un lúcido observador amurallado de cinismo. Pero sobretodo un desafiante, arrogante, temerario machacador de opiniones correctas y mayorías silenciosas. Es uno de los casos preclaros en el que todo comentario resulta huero, incompleto y sobrante.
Las tres grandes colecciones de la obra daliniana están en la Fundació Gala-Salvador Dalí de Figueres, el Salvador Dalí Museum de Florida y el Museo Reina Sofía de Madrid). Han aunado esfuerzos y ofrecen lo mejor de sus fondos hasta llegar a más de 200 obras contando las procedentes de otras instituciones y colecciones privadas. Del MoMA de Nueva YUoprk ha venido ‘La persistencia de la memoria’ (1931); del Philadelphia Museum of Art, ‘Construcción blanda con judías hervidas (Premonición de la guerra civil)’ (1936); de la Tate Modern, ‘Metamorfosis de Narciso’ (1937) y de los Musées Royaux des Beaux-Arts de Bélgica, ‘La tentación de San Antonio’ (1946).
Se pueden contemplar una treintena de obras que nunca antes se han visto en
España. Entre ellas destacan Alucinación: seis imágenes de Lenin sobre un piano, El Ángelus de Gala, Niño geopolítico contemplando el nacimiento del hombre nuevo, o Symbole agnostique (Símbolo agnóstico).
La exposición ha sido ya un gran éxito en el Centre Pompidou de Paris aunque allí su despliegue fue muy diferente. Ambas ediciones coinciden en revalorizar su figura no sólo como pintor, sino también como pensador, escritor y creador de una particular visión del mundo. En Madrid está organizada en once secciones que contienen, además de pinturas y dibujos, material documental, fotografías, manuscritos del propio Dalí, revistas, películas y documentales de enorme importancia para entender el complejo universo del artista. El período surrealista constituye el núcleo de la muestra y hace especial hincapié en el método paranoico-crítico desarrollado por el artista como mecanismo de transformación y subversión de la realidad. El estupendo folleto explicativo que aguarda a los visitantes hace innecesaria una descripción detallada del recorrido. El despliegue espacial es generoso para paliar aglomeraciones molestas. La documentación no avasalla y el despliegue audiovisual aunque permite horas de solaz, es discreto.
Dalí fue un genio, un loco y un caradura. Todo ello a tiempo completo durante 85 años. Tras esta fiesta daliniana, el Reina Sofía quizás podría replantearse la poca presencia que el gran artista tiene en su exposición permanente a pesar de los grandes fondos que de su obra guarda en sus almacenes. ‘Dalí rehabilitado a pesar de haber sido franquista’, podría titularse la sala.
¿Dalí o Picasso? Esta exposición dará sin duda más y mejores elementos para juzgar al primero. Pero no hay antagonismo donde la mente fluye. Como en el caso de Verdi y Wagner (véase nuestra reseña de la comedia musical decicada a su bicentenario actualmente en los escenarios), el dualismo se ha quedado obsoleto, y cuando se decreta un vencedor siempre se comente una injusticia.
Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 9
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: n/v
Folleto explicativo: 9
Actividades complementarias: n/e
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
‘Dalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas’
Del 27 de abril al 2 de septiembre de 2013
Edificio Sabatini. 3ª planta
ORGANIZACIÓN: Museo Reina Sofía y Centre Pompidou de París en colaboración
con el Salvador Dali Museum Saint Petersburg (Florida). Con la colaboración especial de la Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres.
COMISARIO GENERAL: Jean-Hubert Martin
COMISARIOS: Montse Aguer (exposición del Museo Reina Sofía, Madrid), Jean-Michel Bouhours y Thierry Dufrêne
COORDINADORA: Aurora Rabanal.