Sin duda, esta película tiene todos los boletos para ser el taquillazo de la temporada. De tan premiada, sobre todo por los endogámicos premios que se autoconcede la industria, cuya segura culminación llegará con unos cuantos oscar. Además, al ser aplaudida por la crítica de forma prácticamente unánime, uno llega a la sala con tal grado de expectación entusiasta por el disfrute que le espera que, como se descuide, puede caer en el llamado síndrome de París, esa desilusión que, según el japonés Hiroaki Ota, sufren los nipones cuando visitan la capital gala. Desde luego se trata de una expectativa inducida por el torrencial mediático que promociona esta obra, así pues, ante semejante despliegue de unanimidad lisonjera ¿quién es el majete que dice y escribe que “La La Land” es un bodrio? Pues sin ser majete, sino todo lo contrario, el menda se atreve.
Para empezar, director y productores niegan con su obra una parte importante del mensaje del film. De hecho, demuestran que no creen en su obra al no dar oportunidades a los cientos de excelentes actores-cantantes-bailarines que trabajan cada día en Broadway, West End y demás plazas donde reina el género musical escénico. Por el contrario, solo por motivos comerciales se puede entender que hayan preferido contratar a actores y actrices que no saben cantar ni bailar para cantar y bailar. No pretendo decir que Emma Stone, Ryan Gosling y el resto del reparto sean malos actores, simplemente que a nadie se le ocurrió llamar a Boris Karloff para interpretar Tarzán. Pero en el Hollywood de hoy, parece que los cálculos comerciales pesan más que los artísticos. “… La La Land” no llega al fraude de doblar a la bailarina como hizo Darren Aronofsky en “Black Swan”, pero encoge tanto la esencia del musical, debido a las limitaciones de los intérpretes, que tiene que llenar la película de guiños y flashes de recuerdo nostálgico de aquellas películas de antaño que fueron musicales de verdad.
Si uno de los objetivos de Damien Chazelle fue provocar nostalgia del film musical, sin duda lo consigue. Así, si la evocación tiende hacia la tensión dramática, la música excelente y la danza morrocotuda, la amígdala contesta: “West Side Story”. Si por el contrario preferimos añorar argumentos triviales pero con danza imborrable seguramente se nos aparece cualquiera de las películas de Ginger Rogers y Fred Astaire. Aun si añoramos argumentos ligeros pero danza exuberante seguramente el neocórtex nos hará ver a Gene Kelly bailando en “Cantando bajo la lluvia”, en fin, si va de historias merengosas pero con bel canto el hipocampo responde: Julie Andrews en “Mary Poppins”, y si por el contrario la cosa se pone algo más dura contesta: Björk Guðmundsdóttir en “Bailar en la oscuridad”.
“La ciudad de las estrellas (La La Land)” contiene los típicos números musicales interpretados por los protagonistas que, en este film hacen como si cantaran y bailaran. Algunos de los números no están mal aunque todos son reconocibles, sobre todo el más ovacionado del planetario que desde, al menos, “Mary Poppins”, se ha reproducido por doquier, tanto en el cine como en los escenarios.
El argumento trata de las dificultades que tienen los que quieren ser artistas a, como se dice ahora, conciliar amor y profesión, sin más enredos que la exposición de un micromundo donde una pareja de jóvenes con trabajos precarios, disfrutan de apartamento propio; él un descapotable vintage y ella un Prius híbrido. Con todo, lo pasan fatal al no lograr sus sueños vocacionales, si bien, las penas son menos con el dulce amor que celebran canturreando y arrullándose. Muy chic y un pelín empalagoso.
La ciudad de las estrellas (La La Land)
Dirección y guión: Damien Chazelle – Título original: “La La Land”
Producida en 2016.
Duración: 127 minutos.
Música: Justin Hurwitz.
Fotografía: Linus Sandgren.
Reparto: Emma Stone, Ryan Gosling, John Legend, Rosemarie De Witt, J.K. Simmons, Finn Wittrock, Sonoya Mizuno, Jessica Rothe, Jason Fuchs, Callie Hernandez, Trevor Lissauer, Phillip E. Walker, Hemky Madera, Kaye L. Morris.
Premios:
2016: 7 Globos de Oro: incluyendo Mejor comedia/musical, director, actor y actriz.
2016: Premios BAFTA: 11 nominaciones, incluyendo Mejor película y director.
2016: 8 Critics Choice Awards: incluyendo Mejor película y director. 12 nominaciones.
2016: Festival de Toronto: Premio del Público.
2016: Festival de Venecia: Mejor actriz (Emma Stone).
2016: American Film Institute (AFI): Top 10 – Mejores películas del año.
2016: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película.
2016: Críticos de Los Angeles: Mejor banda sonora. 6 nominaciones.
2016: National Board of Review (NBR): Mejores 10 películas del año.
2016: Satellite Awards: Mejor película, banda sonora, canción y dirección artística. 13 nominaciones.
2016: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director.
2016: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión original.
2016: Sindicato de Actores (SAG): Nominada a Mejor actor (Gosling) y Actriz (Stone).