Sueño calenturiento de verano

Sobre la comedia de Shakespeare, una esperpéntica agonía

Sueño calenturiento de verano
Sueño - Teatro de la Abadía

Andrés Lima combina ‘Sueño de una noche de verano’ con los recuerdos de la última etapa vital de su padre. Resulta así este muy desigual sueño propio, que se hace lúcido cuando viaja a… ¡Gijón!, y el resto del tiempo es pesadillesca suma de abuso estroboscópico bajo el que Eros y Thanatos convergen en una tragicomedia con tintes de esperpento.

Lima es nombre afincado del teatro nacional, que tocó el cielo con Amimalario, que hizo un gran Falstaff (ver nuestra reseña), buenas adaptaciones de Tito Andrónico y Macbeth (ver nuestra reseña) y muchas más cosas buenas y malas de las que hemos ido dando cumplida cuenta. Hay dos Lima, y uno de ellos, el de la ‘Medea’ del año pasado -excesiva hasta lo espeluznante, sensacional hasta lo estrambótico- (ver nuestra reseña) parece marcar su evolución actual. Un querer seguir siendo ‘jóveno’ a pesar de haber entrado ya en la parte mala de la cincuentena-, un gozar con lo ‘ostentóreo’, un hacer mucho ruido que implica a menudo dar pocas nueces.

Ni él mismo puede explicarnos este sueño suyo tan calenturiento. Dice: ‘Un viejo recuerda. Un viejo le cuenta a una loca su vida. Parece un sueño. De joven se enamoró de Elena , la reina de la hermosura, que es muy fea. Y su amiga Titania, amiga de él y hermana de ella, se enamoró de su amigo, de él, Javier, que se convirtió en un asno y rebuznaba poemas de amor de Shelley para Elena, pues despreciaba a Titania, diosa enana. Elena, bella fea, que quería al que no le quería, ora si ora no, porque es caprichosa como las ostras o las setas. La música trance les envuelve en el bosque y el deseo les consume en la residencia de ancianos. Sólo la loquita mantiene la cabeza sobre los hombros… y acompaña al viejo a una buena muerte’.

Y añade: ‘Sueño es transgénero, como las personas que lo habitan. Los hombres son mujeres y la tragedia, comedia’. Quiere responder a muchas preguntas -‘¿Por qué decimos te necesito? ¿Cuál fue tu primer amor? ¿Qué te vuelve loco: un amor no correspondido o una vida no vivida? ¿Por qué nos intranquilizan los locos? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Y antes?-, y ese, justamente ese es el camino empedrado del fiasco; ‘mirar el placer y el dolor y darle sentido a este baño de sensaciones que puede ser el amor a la vida’, quiere sin conseguirlo.

En su recurrir a lo llamativo, carga las tintas y roza el mal gusto cuando limpian el culo al enfermo terminal de cara (¡de culo!) al público, cuando convierte a Titania en una burla a los discapacitados con Síndrome Down, cuando se refocila en los temblores de los viejecitas con Parkison y en los olvidos agresivos y mandones del anciano moribundo. Chema Adeva consigue hacerle repugnante, más incluso en sus sueños juveniles que en su patético presente; un papel hiperinflado de gritos y aspavientos, un papel que parece construido desde la incomprensión y el miedo.

Le rodean cuatro mujeres, un notable elenco femenino que lucha valerosamente entre personajes muy diferentes por introducir cierta coherencia en lo que estamos viendo. Laura Galán redime con la descalza gijonesa a esa Loca inaceptable; Ainhoa Santamaría hace un interesante Demetrio; y María Vázquez va cogiendo vuelo, remonta brillante en el viaje a Gijón y luego, entonada ya de ‘bajita’ desairada, termina merendándose a su hermana ‘aryuvédica’ desde la platea. Esta es Nathalie Poza, que haciendo de Hijo y de Helena tiene la mayor presencia de las cuatro, mejor a nuestro gusto como aquel que como esta. Queda claro que en general los personajes actuales -¡vaya Yonqui, vaya amiguete con R-5!- nos parecen mejores que los shakesperianos, a menudo como burro – como Asno, nunca mejor dicho- en un garaje.

No vimos grandes cosas que destacar en la puesta en escena, con absoluto protagonismo de la iluminación (potenciada por esa privilegiada cúpula de esta antigua iglesia), variada compañía musical a veces graciosísima (la gran pequeñaja Rita Pavone en ‘Viva la pappa col pomodoro’), y una producción eficaz para tan pocos mimbres. En fin, esperamos acertar en los papeles de cada cuala porque el dossier de prensa obvia a los intérpretes y el programa de mano describe pacatamente sus distintos roles.

‘Sueño’ de Andrés Lima es la cruz de la moneda sobre la comedia shakesperiana, junto a la cara de ‘La ternura’ de Alfredo Sanzol (ver nuestra reseña), que el Teatro de la Ciudad presenta esta temporada en colaboración con La Abadía, tras recibir el premio a la Mejor Producción Privada de Artes Escénicas el año pasado con su primera entrega, la dedicada a la tragedia, y en la que participaba también Miguel del Arco, ya retirado del proyecto; un proyecto que supone durante un año realizar una serie de talleres para profundizar en el tema escogido, el arte de hacer reír en esta ocasión, sin que haya sido anunciado el de la siguiente temporada. Esperamos que el proyecto se mantenga porque tiene mérito, y que Andrés Lima aparezca menos contagiado de las excentricidades de los que vienen empujando (ahora resuena a Angélica Lidell, a Rodrigo García y a sus emuladores) y más seguro de su madura experiencia.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 6
Texto: 6
Dirección: 7
Interpretación: 7
Escenografía: 6
Producción: 7
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 6

Teatro de La Abadía
Sala Juan de la Cruz
Sueño
Texto y dirección Andrés Lima
Del 10 de mayo al 18 de junio

REPARTO
El Padre – Chema Adeva
La Loca – Laura Galán
El Hijo/ Helena –  Nathalie Poza
La madre / Demetrio –  Ainhoa Santamaría
La hermana / Pili  – María Vázquez
Y todos…Enfermera, Médico, Puta, Yonki, Amigo, Viejas…y el espíritu de Titania.

FICHA ARTÍSTICA
Escenografía y vestuario Beatriz San Juan
Iluminación Valentín Álvarez
Música original Jaume Manresa
Producción Joseba Gil
Diseño de sonido Enrique Mingo
Ayudante de dirección Laura Ortega
Ayudante de escenografía y vestuario Almudena Bautista
Ayudante de iluminación Lua Quiroga Paúl
Ayudante de Producción Gonzalo Bernal
Asistente de dirección Elena de Lucas
Comunicación El Norte Comunicación
Fotografía Luis Castilla / María Artiaga
Estudiante en prácticas Itxaso Larrinaga

Una producción del Teatro de la Ciudad y Teatro de La Abadía
Duración apróximada: 1h y 45 min
De martes a sábado, 19:30h. Domingo, 18:30h.

ADVERTENCIA a personas sensibles a la luz estroboscópica, epilépticas y derivadas. Este espectáculo utiliza efectos lumínicos con luz estroboscópica y humo inocuo. Disculpen las molestias.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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